Viernes, Noviembre 1, 2013

300 artistas en escena, la mayoría, niños de Batuta Caldas, fueron los protagonistas en la celebración de los 20 años de la fundación. Hicieron el papel de instrumentistas, coristas y solistas en el montaje El diluvio de Noé, ópera en un acto con música de Benjamín Britten y texto del ciclo de misterios de Chester, del siglo XV. La dirección estuvo a cargo de Gorka Sierra.

En la obra que se presentó ayer en doble función en el Teatro Los Fundadores participaron músicos de la Orquesta Sinfónica de Caldas, el Coro de niños de Batuta Caldas, la Orquesta Vivaldi, integrada por niños entre los 6 y los 10 años de edad; la Sinfónica Arcagelo Corelli, de niños entre los 12 y los 14 años; el Taller de Ópera, el Coro Caldas, y alumnos de Batuta, que fueron los solistas.

El público se encontró con un escenario minimalista, lleno de color y con una propuesta dramática. Los movimientos fueron por momentos sobrecogedores, expresivos y definieron a los diversos personajes de una manera clara y atractiva para los espectadores que vieron cómo los niños disfrazados de aves, mamíferos, anfibios y reptiles revoloteaban por el teatro hasta subir al arca, ubicada en el escenario.

El espectáculo impresionó a grandes y chicos, aunque quienes más lo disfrutaron fueron los niños, al comienzo inquietos y curiosos, pero apenas comenzó la obra la siguieron atentos, y muchos de ellos con cara de asombro ante la música y el despliegue escénico.