El senador electo Álvaro Uribe Vélez y los demás miembros de su partido Centro Democrático están indignados por el resultado de las elecciones del pasado domingo. Los candidatos presidenciales Clara López Obregón y Óscar Iván Zuluaga, también. Todos alegan que hubo fraude en los comicios electorales. Que la "mermelada" repartida por el presidente Juan Manuel Santos llevó a su partido (la Unidad Nacional) a ser mayoría en el Congreso. En otras palabras: que se compraron los votos.
Algunos piden que la Organización de Estados Americanos realice una "auditoría técnica" para confirmar la transparencia de las pasadas elecciones. Otros exigen un reconteo "voto a voto" en todo el país. Hablan de "chocorazo", término usado para indicar que les dieron en la cabeza, y usado desde comienzos del siglo pasado, como lo reseña Adelina Covo en su libro El chocorazo, el fraude de Reyes en 1904. En ese entonces el presidente de Colombia, el general Rafael Reyes manipuló las elecciones para reelegirse.
El exministro de Interior Fernando Londoño Hoyos denunció en su columna de El Tiempo, titulada El gran chocorazo (11 de marzo de 2014), que fueron los caciques políticos costeños Musa Besaile Fayad y Bernardo Miguel ‘el Ñoño’ Elías Vidal, quienes movieron su maquinaria para que el partido de La U triunfara en Atlántico, Córdoba y Sucre en "las elecciones más sucias que el país ha sufrido en tanto tiempo".
Es muy válida la denuncia de Londoño Hoyos. Para quienes seguimos las elecciones por televisión el pasado domingo, hubo dos horas muertas de transmisión y en ese lapso La U sobrepasó a Centro Democrático, que hasta las 8:00 de la noche llevaba una buena ventaja en votos. "Eso sí es robar en grande", señala el exministro uribista. Y él sabe muy bien lo que es robar en grande. No fue por nada que la Corte Suprema de Justicia dio la orden de desembargo de más de 145 millones de acciones (equivalentes a $3.100 millones de pesos) de Invercolsa que estaban a su nombre y de las cuales se había apropiado con, efectivamente, un "chocorazo".
Pero volvamos a la dignidad del Centro Democrático, mancillada en las urnas el pasado domingo. ¿De qué se queja Uribe? Perdió la mayoría en el Congreso usando las mismas artimañas que usó para modificar la Constitución y buscar su reelección. Y el año pasado le dio en la cabeza a Francisco Santos en la convención uribista, para montar al monigote caldense de Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial. Él sabe cómo es el juego y esta vez perdió.
Las denuncias de Londoño Hoyos y Uribe preocupan, sí, pero no son nada nuevo. En la política, repito, todos roban. Lo que de verdad preocupa de las pasadas elecciones es quienes -con "chocorazo" o no- llegaron al Congreso. La Fundación Paz y Reconciliación reporta que hay 25 senadores electos -y otros tantos representantes a la Cámara-, que son "la tercera generación" de la parapolítica. Esposas, hijos, sobrinos, hermanos de personajes condenados por sus alianzas con los narcoparamilitares, grupo armado que según el informe Basta ya. Colombia: Memorias de guerra y dignidad suma mil 166 masacres y ha asesinado "más que las guerrillas" que llevan 54 años dando plomo.
Ese 25% del poder en el Senado llega cuando se aproxima el 15 de agosto, fecha en la que cerca de 200 paracos saldrán libres gracias a las garantías concedidas por la Ley de justicia y paz. Ley impulsada por Álvaro Uribe Vélez. Entre los que quedan libres hay 46 jefes de las autodefensas que, según un informe publicado el 24 de enero por la revista Semana, "son responsables de más de 30 mil víctimas de homicidio, desaparición forzosa, desplazamiento, violencia sexual y reclutamiento de niños, entre otros crímenes". ¡Vaya amigos los que tienen estos congresistas!
Para que se preparen en La Dorada, Norcasia, Samaná, Pensilvania, Manzanares y Marquetalia: Por allá volverán Ramón Isaza Arango, su hijo Oliverio (alias Terror), y sus lugartenientes Luis Eduardo Zuluaga Arcila (alias McGyver) y Walter Ochoa Guisao (alias el Gurre). Solo el Viejo, como llaman a Ramón Isaza, es responsable de mil ocho víctimas.
Hay que echarle ojo a quienes ganaron por Caldas en esos municipios, donde en las pasadas elecciones vencieron los partidos de La U y Centro Democrático, muy señalados por ser hogar de parapolíticos.
Y ese es solo el 25% de los senadores. Faltan los que están asociados con las mineras, con las EPS, con las licoreras, las cementeras, los narcos... alianzas capaces de los más siniestros "chocorazos".
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¿A quién tendrá Avianca entre el bolsillo para que sus arbitrariedades no sean penalizadas?
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