En estos momentos en que existen posibilidades de firmar un acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las guerrillas de las Farc, es de gran utilidad conocer qué es lo que acontece en la confrontación armada, cómo ha sido su evolución y qué se vislumbra a futuro. Para tal propósito la corporación Nuevo Arco Iris acaba de publicar su más reciente estudio sobre el conflicto armado en Colombia, el cual contiene información altamente pertinente. Hay que destacar que la principal fuente para este trabajo es la información oficial, básicamente de la Fuerza Pública; también hacen un seguimiento riguroso a la prensa regional, y un trabajo de campo juicioso y permanente. Es un ejercicio confiable y acertado.
Con el sugestivo título "Del Caguán a La Habana", el informe de Arco Iris nos muestra la evolución que ha tenido la confrontación armada en el país en los últimos 15 años y su estado actual. En resumen, se podría decir lo siguiente: en cuanto a las Farc es evidente que el Estado logró diezmarlas de manera seria a través de un proceso de fortalecimiento de la Fuerza Pública que inicia en 1999 y que tiene su más alta expresión entre los años 2002 y 2008; a partir de este año, la guerrilla comienza a desarrollar un plan de reacomodo que le permita confrontar adecuadamente la estrategia militar del Estado, lo que deriva en una manera de operar que abandona las grandes concentraciones de tropa y la pretensión de combates entre lo que podríamos llamar batallones. Regresa a pequeños grupos de máximo 10 guerrilleros, un uso mayor de explosivos y francotiradores, así como la perpetración frecuente de emboscadas a la fuerza pública. Esta nueva manera de operar le ha traído, desafortunadamente, buenos resultados a las Farc. Y si bien la Fuerza Pública tiene todavía una ventaja sustancial sobre la guerrilla, que impide que se llegue a un estado de cosas como entre 1996 y 1998, no estamos para nada ad portas de una derrota de la insurgencia; por el contrario, se ha ido incrementando el daño que ésta le produce a la Fuerza Pública y la perturbación general a la población civil.
Es muy importante anotar que en nada ha tenido que ver el cambio de gobierno de Uribe a Santos para esta modificación del equilibrio de la confrontación. Las Farc vienen "sacando cabeza" desde el 2008. Simplemente, esto pasa en las guerras, es lo que llaman estrategia.
Hay hechos mudos en esta guerra, y su silencio ahoga un dolor que continúa y es preciso acabar. Desde el 2009, cada año la Fuerza Pública tiene más de 2.500 bajas en combate, entre muertos y heridos (léase mutilados); todos ellos son jóvenes humildes. Es muy importante saber que en 2002 las Farc ejecutaron 2.063 acciones de guerra, de 2003 a 2007 se sostuvieron entre 900 y 1.000 acciones por año, pero a partir de 2008 su actividad se incrementó progresivamente para llegar en el 2011 a 2.148 acciones, superando el pico de 2002. Todo esto nos dice que estamos lejos del "fin del fin", como se pregonó a mediados de la década pasada.
Teniendo en cuenta que las percepciones son las que mueven los comportamientos, es preciso modificar las percepciones que el país ha construido en los últimos diez años sobre el conflicto. El gran avance del Estado entre 1999 y 2008 significó un alivio enorme para una importante parte del país, principalmente el centro; para la economía y los negocios, y para la libre movilidad de las personas. Un pesado yugo se tornó más ligero. Todo esto generó la percepción de que las Farc ya no eran un problema y de que su extinción era cuestión de tiempo. Pero los hechos de los últimos cinco años han mostrado lo contrario, y la existencia de esta guerrilla sigue siendo un enorme problema nacional. Desafortunadamente, la percepción construida de 2002 a 2008 sigue en la mente de una buena parte de la opinión, que ve como innecesarias las negociaciones de La Habana. Sin embargo, lo ocurrido en los últimos años, sumado a la historia ininterrumpida de conflicto y violencia de medio siglo, muestran la sensatez y pertinencia de llegar a un acuerdo de paz. Si leemos el informe de Arco Iris, nos queda claro que los diálogos de La Habana son convenientes.
Para ver el informe completo ir a: http://www.arcoiris.com.co/2013/03/las-farc-pierden-la-guerra-en-el-centro-del-pais-pero-dan-la-pelea-en-la-periferia/
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