El "Pacto por la Educación" es una iniciativa ciudadana impulsada por un grupo promotor de jóvenes que se han propuesto generar un debate nacional sobre la educación posicionándolo como un tema de prioridad nacional. La iniciativa llega en buen momento: Hace poco conocimos los pésimos resultados en las pruebas PISA, estamos en plena campaña electoral, todos los candidatos presidenciales están indicando que incluirán la educación como tema central de sus agendas, y el que salga elegido deberá plasmar sus promesas de campaña en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.

El "Pacto por la Educación" es novedoso. Busca generar presión desde la sociedad civil. Una presión que obligue a los tomadores de decisiones a comprometerse con objetivos en materia de política de educación y a rendir cuentas. No es la primera vez que hay un llamado por la educación en el país. El informe de la "Misión de Sabios" convocado por el presidente César Gaviria hacía hincapié en el momento mágico por el que atravesaba Colombia con un gobierno que "acepta la posibilidad de hacer un gran vuelco en el triángulo interactivo de la educación, la ciencia y el desarrollo tecnológico". Pero ese gran vuelco no se dio.

De pronto este pacto, nacido de la sociedad civil y sin filiación partidista, logre generar ese vuelco. Con su espíritu plural y de construcción colectiva, los promotores han logrado convocar a gente alrededor de unos propósitos generales plasmados en los dos primeros puntos del borrador del pacto: "La educación es prioridad nacional" y "El fin de la educación es acabar con la inequidad y construir una sociedad democrática y en paz." Es difícil pensar que pueda haber demasiada oposición con estos dos puntos. Los siguientes pasos, la construcción de un Gran Acuerdo Nacional por la Educación, con prioridades estratégicas e indicadores de seguimiento, va a ser donde se ponga a prueba la solidez del pacto y el compromiso de grupos que probablemente están de acuerdo con generalidades pero en desacuerdo con los detalles de cómo lograr esos objetivos generales.

Es en estas etapas de definición de prioridades, indicadores y políticas específicas donde debemos hacer la tarea de estudiar con cuidado los trabajos académicos y las propuestas técnicas que se han hecho desde la academia y los centros de pensamiento. El estudio reciente financiado por la Fundación Compartir sobre calidad docente, la propuesta de jornada única impulsada por 15 economistas y los documentos para debates presidenciales sobre educación y sobre atención a la primera infancia de Fedesarrollo son tres ejemplos de insumos que deben incorporarse al Gran Acuerdo. El Pacto por la Educación puede ayudar a darle respaldo popular a muchas buenas ideas que cuentan con justificaciones técnicas, y los técnicos deben estar dispuestos a contribuir con esta iniciativa que ha sido bastante más efectiva en generar apoyos masivos y de propósito nacional que las publicaciones especializadas y las misiones de expertos.

Los invito entonces a consultar los documentos del Pacto por la Educación en la página web http://www.todosporlaeducacion.co/colombia/. Consideren firmarlo. Pero sobre todo, empecemos una discusión sobre la importancia de la educación, desde la temprana infancia, pasando por la básica, la media y la superior, incluyendo habilidades cognitivas y no-cognitivas, sector privado y público, en el gran salto al desarrollo que está dando el país y que puede materializarse en nuestra generación.