Por ser Colombia un país de regiones y tener una educación descentralizada se vuelve importante definir qué debe ser una región educada y para qué puede y debe servir la educación.

Yo creo que las regiones requieren ser viables y sostenibles, tener capacidad de financiar su desarrollo económico, social y ambiental, para lo cual debe haber empresas generadoras de riqueza que desarrollan ventajas competitivas permanentes y cadenas de valor en diferentes sectores económicos, que se complementan y ofrecen oportunidades a todos sus habitantes.

En Colombia ya hay ciudades avanzando hacia ser sostenibles como Bucaramanga, Pereira, Manizales, Barranquilla y Medellín, que inicialmente están planteando atender necesidades de vivienda, vías, empleo y servicios públicos.

Pero no es suficiente que las ciudades sean sostenibles y atiendan ciertas necesidades básicas, se requieren regiones que lo sean y que ofrezcan oportunidades para que todos sus ciudadanos se desarrollen integralmente de acuerdo con sus talentos, intereses y capacidades. Para esto es necesario ofrecer condiciones de calidad de vida que atraigan, promuevan, impulsen, desarrollen y retengan educadores, profesionales, técnicos y tecnólogos de las distintas disciplinas, emprendedores y empresarios que sean el motor del desarrollo de la región.

¿Y qué es calidad de vida? Es un concepto subjetivo, cada persona tiene su propia respuesta, pero en general todos quieren tener oportunidades para aprovechar sus potencialidades y satisfacer sus necesidades, primero las básicas de subsistencia y luego otras de afecto, protección, ser parte de una comunidad, tener un sentido y realizarse, avanzando hacia ser plenamente humanos.

Regiones que ofrecen una buena calidad de vida con educación, empleo, servicios (tanto públicos como privados), movilidad, viviendas dignas, espacios verdes y opciones de recreación logran atraer, formar y retener a los mejores y estos les generan desarrollo y bienestar.

¿Y qué papel juega la educación? Es el fundamento y la estructura de todo el proceso de desarrollo de una sociedad, es la que orienta lo que sus ciudadanos serán y harán. Por eso es una responsabilidad de los líderes cívicos, espirituales, políticos, empresariales y sociales definir el futuro que quieren construir en conjunto para formar los niños y jóvenes capaces de hacer de la región el mejor lugar para vivir, trabajar, crecer y desarrollarse plenamente.

¿Qué puede hacer una buena educación?

Primero, que todo ayudar a que cada individuo comprenda quién es, se responsabilice de su vida, de construir su futuro y aportar lo que esté a su alcance para mejorar su comunidad y su región.

Segundo, facilitar que cada uno encuentre el sentido de su vida, su razón de ser, defina sus creencias y valores, desarrolle actitudes, hábitos y comportamientos que le permitan aprovechar sus talentos y potencialidades.

Tercero, despertar la pasión, lo que inspira y motiva a cada uno para soñar, superarse y mejorar cada día.

Cuarto, desarrollar competencias, habilidades, métodos y procesos de aprendizaje que le permitan a cada uno desempeñarse adecuadamente en sus diferentes actividades.

Quinto, orientar a cada estudiante para que elabore un proyecto de vida que lo conduzca a lograr un desarrollo equilibrado en sus distintas dimensiones (profesional, espiritual, familiar, intelectual, física, cultural, comunitaria, etc.) y darle las herramientas para convertir sueños y proyectos en realidades.

Una educación de calidad hace la diferencia, ofrece condiciones para que cada persona sea competente en lo que le gusta y tiene capacidad de llegar a ser. Es necesario que la región identifique sectores económicos en los cuales es o puede llegar a ser competitiva y necesidades de servicios técnicos, tecnológicos y profesionales donde hay oportunidades laborales y de desarrollo para orientar a sus jóvenes en la definición de su proyecto de vida.

En el mundo actual las personas y las regiones necesitan aprovechar todas sus potencialidades, desarrollar ventajas competitivas a través de empresas, organizaciones e instituciones que impulsen el desarrollo económico, social y ambiental y el camino para lograrlo es a través de una educación de calidad en cada una de las etapas de desarrollo de niños y jóvenes.

Jóvenes sanos con claridad de lo que son y quieren llegar a ser, con principios, creencias y valores; motivados, con sueños y proyectos, con actitudes, hábitos y comportamientos, competencias y habilidades logran las metas que se proponen, aportan a las organizaciones en que participan y contribuyen al desarrollo económico, social y ambiental de su región.

Una región educada es, entonces, una en la que todos sus niños y jóvenes tienen acceso a una educación de calidad que les permite avanzar hacia su plena realización y aportar al desarrollo de su región.

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No es suficiente que las ciudades sean sostenibles y atiendan ciertas necesidades básicas, se requieren regiones que lo sean y que ofrezcan oportunidades para que todos sus ciudadanos se desarrollen integralmente de acuerdo con sus talentos, intereses y capacidades.