Hace un mes el Alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, en entrevista con Noticias LPTV, al entregar un balance de la Feria de Manizales y precisar las principales acciones de su gobierno para este año, que es el tercero de su mandato, hizo público un anuncio que a mi juicio pasó inadvertido porque quizás muchos no lo entendieron en un mar de referencias, porque otros sencillamente no lo creen y porque tal vez algunos más no vieron o no ven ese espacio informativo.

Pues bien, creo que a esa noticia debería dársele importancia, no porque lo haya dicho el alcalde que querámoslo o no es la primera autoridad de la ciudad, o porque haya salido en LPTV, sino porque se trata de dinero contante y sonante, que es de los manizaleños, y que además representa enormes posibilidades de generación de empleo, de más desarrollo para esta capital y algo destacable, que se puede destinar para atender necesidades puntuales de la comunidad no establecidas por grupos partidistas ni por dirigentes políticos tan acostumbrados a direccionar y presionar inversiones según sus intereses.

Se trata nada más y nada menos que de cinco mil millones de pesos ($5.000.000.000), cifra nada despreciable, que por un ejercicio financiero hecho por esta administración con entidades bancarias permitió refinanciar las deudas que se tienen y bajar la tasa de interés, liberando ese monto que queda dispuesto para que se haga uso correcto y sensato del mismo.

¿Pero qué propuso entonces el alcalde? Al hacer el anuncio Rojas dijo que le gustaría abrir un espacio de propuestas ciudadanas para priorizar la inversión de los $5 mil millones, es decir, él no busca que con ese dinero se hagan dos, tres, cuatro o cinco grandes obras, que daría para eso si se tazan en 2 mil 500 millones o mil millones de pesos cada una. Quiere más bien el mandatario destinar esa plata para realizar intervenciones de menor valor, pero efectivas y necesarias, además propuestas y justificadas mayoritariamente por la ciudadanía.

El fin creo que es bueno. El problema es tenerlos a todos contentos. En ese sentido no faltan los que vean la idea como una salida populista teniendo en cuenta que el Concejo Municipal aprobó en diciembre pasado el presupuesto de rentas y gastos de Manizales en 501 mil millones de pesos de los cuales $300 mil millones son para inversión, es decir, ya hay destinados recursos para lo que tiene que invertir este año cada una de las secretarías en la ciudad. El hecho es que mediante una maniobra financiera lícita se ahorra una plata la cual, como no puede devolverla, pues la libera para hacer inversión.

Rojas podrá ser algo egocéntrico; quererlo hacer casi todo él; no ser muy amigo de tener asesores, aunque tanto los necesite; haberse distanciado de los jefes políticos que lo apoyaron para llegar a la Alcaldía; excederse en su mal carácter con secretarios, gerentes y directores, en lo que se le ha ido la mano, y ser perfeccionista al extremo en un escenario en el que esa cualidad no tiene cabida, aspectos que no favorecen su imagen, pero sí creo que ha mantenido unos mecanismos abiertos para hacer más transparentes los procesos y para evitar la corrupción, aunque igual no son del todo efectivos pues todavía quedan funcionarios que no olvidan las malas e indebidas prácticas. Por eso cuando algunos hablan que si bien otros alcaldes robaban pero al menos hacían algo, a diferencia del actual que no hace nada, resulta inaceptable semejante barbaridad. En eso sí hay que destacar muchas cosas, una de ellas por ejemplo lo que ha pasado con el deporte, en escenarios y en apoyos logísticos y de patrocinios.

Pero volvamos al tema, ¿qué hacer con 5 mil millones que están ahí para ser invertidos? Pues se escuchan ideas, algunas unas lógicas y aterrizadas, y otras más soñadoras y por lo tanto complejas de alcanzar. Por ejemplo, mejorar tantas escalas que sirven de comunicación entre unos y otros sectores de la ciudad y que están abandonadas, a oscuras y sin barandas; construir y recuperar andenes; mejorar parques y sus juegos infantiles; construir miradores, con vigilancia electrónica y policial, en tantos puntos estratégicos donde además se pueden instalar telescopios que funcionen con monederos; atender la Plaza de Bolívar, con instalación de mobiliario, para que deje de ser un espacio que antes que expulsar gente la atraiga para un sano esparcimiento, pata que los turistas se sientan bien cuando nos visitan.

Manizales necesita desarrollar senderos ecológicos, lugares de espera agradables, cultura visual en parques y paraderos; que haya contadores de cuentos y gente que haga agradable una visita a un parque; aquí no hay baños públicos, muchos utilizan las esquinas del centro y los separadores de las avenidas para dejar sus bolsas de basura; los pocos parques que hay se los tomaron los marihuaneros y viciosos que atracan y espantan a la gente. Nos falta construir bellos puentes peatonales y adornar mejor los que hay, eso para no decir que esta ciudad debería tener más túneles aprovechando su singular topografía.

Con tantas cosas por hacer creo que los 5 mil millones se pueden quedar cortos, y eso que no hemos escuchado otras ideas, maravillosas sin duda, que deben tener ustedes lectores o los manizaleños en general. El ejercicio hay que hacerlo, recoger todas esas propuestas y buscar las más viables y necesarias para que se concreten. Y que la plata alcance.

Lo que sí le está haciendo mucha falta a la ciudad es un espacio de sana discusión, distinto o complementario al Concejo que es deliberativo, de control político y de aportes y decisiones administrativas, para que allí se pueda pensar la Manizales de los próximos 15, 20 y 25 años, y comenzar desde ya a plantear la ciudad del bicentenario. Nos estamos quedando solo en lo de hoy y no hay apuestas de futuro, mientras en la educación está nuestra gran riqueza y esperanza. Así lo votamos en las pasadas elecciones de alcalde.