Poco a poco, la excalumniada marihuana y su parienta rica, la coca, llegan a la canasta familiar. También el licor estuvo prohibido. Ahora hacen parte del menú del hombre de internet.
La mona llegó hasta las propias fosas nasales del presidente Santos quien fue pillado oliendo pacas de la yerba en ollas de Bogotá y Medellín.
Admitió que en su "jodentud" se dio en la cabeza. Cuando jugaba póquer con sus compañeros de la Universidad de Kansas le metían cannabis al parche. "Si, inhalé" admitió el mandatario en una entrevista para la revista de ese claustro.
Mientras Santos huele pacas, el Procurador confunde (¿) porro=vareto con porro=ritmo musical. Como para "ordoñarse" de la risa.
El expresidente Clinton, de USA, reconoció que "aspiró pero no inhaló" marihuana. Beber y no emborracharse, fumar sin trabarse, es tan imposible como ser uribista y santista a la vez. (Salvo que uno se llame Roy Barreras).
Calladitas la boca, las abuelas la utilizan para combatir la artritis. O el "reumatís".
No se la fuman: se la untan. O la emplean disuelta en agua caliente. O en paños de agua disuelta en maracachafa.
También se consume en infusiones o en ensalada. Día llegará en que se recomiende como aperitivo en lugar del vino.
Cocineros hay que la emplean como adobo para las carnes. Pedirle al mesero "un churrasco a la fina yerba", es algo que está a la vuelta de la esquina.
En Europa, emplean la mona para combatir múltiples dolores. Todavía está en etapa experimental. Han empezado a verse resultados benéficos.
Siempre se ha utilizado con fines medicinales. Pero desde que el eco era el único periódico que circulaba, ha tenido tan mala prensa que la ciencia tardó en volver a buscarle poderes curativos.
En Cataluña, España, se están experimentando en pacientes sus efectos terapéuticos. Se espera que dentro de poco estén participando en el programa 600 marihuaneros, perdón, conejillos de indias, los mismos que inundan los parques de las grandes ciudades.
Ahora: No está bien que la gente empiece a autorrecetarse marihuana. O a sembrarla en la casa como si fueran inocentes hortensias. Autorrecetarse puede ser peor remedio que la enfermedad.
En todos los casos se aconseja consultar, no al jíbaro del barrio, sino al médico sobre el uso de doña marijuana, próxima a figurar en las estadísticas del DANE.
En Canadá se autoriza el empleo del nebulizador Sativex que contiene los más de 400 principios activos de la vareta.
El Sativex se aplica en la parte inferior de la lengua, en goticas pacíficas, como si se tratara de la taquillera valeriana, la vieja mejor amiga del prolífico tuitero del Ubérrimo.
Última"noticia": Estados Unidos es un país tan grande que en vez de una tiene dos morales: una para consumo doméstico, otra para imponer a los demás. Es legalísimo el consumo y cultivo de maracachafa en varios estados, pero la combaten afuera. Los dólares se quedan allá, los muertos los enterramos aquí.
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