Uno de los periodos más gratificantes, formativos, productivos y enorgullecedores de mi vida, ha sido, sin lugar a dudas, el lapso en el que me he desempeñado como Representante a la Cámara por el Departamento de Caldas. En esos años he tenido el privilegio de vivir en función del mejoramiento de la vida de los caldenses, y déjenme decirles que no encuentro algo más importante en lo que uno pueda invertir el tiempo que en eso, y digo invertir porque ese tiempo se lo devuelven a uno los caldenses en sonrisas, en palabras amables y en esa generosidad tan especial que tienen nuestras gentes. Estos años han sido la oportunidad de sumergirme en las esperanzas, los sueños, las frustraciones y las conquistas de un pueblo al que no doblegan las dificultades y que encuentra siempre la manera de solucionar los desafíos que la vida le plantea. No se imaginan ustedes el orgullo que produce escuchar a diario que uno es la Representante de Caldas. Ese es un privilegio que no hay manera de pagar. Sin embargo, debo contarles, con inocultable dolor y nostalgia, que motivos ajenos a mi voluntad me impiden seguir representándolos como hubiera sido mi querer. Cumpliré el mandato que culmina el próximo 19 de julio de 2014 y trabajaré el triple durante estos meses que me restan con el fin de tratar de sacar adelante la mayor cantidad de acciones en beneficio de los caldenses. Me enorgullece decirle hoy a mis conciudadanos que trabajé sin descanso para que ellos se sintieran bien representados, y encontrarán en mí la vocera efectiva de sus preocupaciones y angustias más sentidas. Hoy le entregó a Caldas y a Colombia una gestión que se concretó en logros tan importantes como la ley de convivencia escolar; proyectos de seguridad alimentaria para alimentar y educar bien a esos colombianos a los que les debemos el futuro; el otorgamiento de beneficios a estudiantes de educación superior de estratos 1, 2 y 3 a través del Icetex; la ley de bilingüismo; la creación de la política nacional de gestión del riesgo de desastres; el proyecto de patrimonio cultural sumergido y el reconocimiento de la profesión de gerontología con el fin de adelantar políticas efectivas que propendan por un envejecimiento sano y una vejez activa. En el mismo sentido a través de gestión logramos traer fibra óptica a los 27 municipios de Caldas y que el MINTIC entregara computadores, tabletas digitales, aulas digitales, 16 Kioscos Vive Digital y un ViveLab que es un espacio dotado con la mejor tecnología para la producción de aplicaciones, videojuegos y animaciones, con un programa de capacitación especializado en beneficio de nuestros jóvenes emprendedores. Así mismo conseguimos recursos para reforzar la infraestructura del teatro municipal y hotel Sanguitama en el municipio de Salamina, logramos apoyo a la ruta de los arrieros y recurso para la feria de Manizales. Con gestión, persuasión y constancia logramos dotación de instrumentos musicales para la banda de músicos; adecuación en infraestructura de centros artísticos; apoyo al Festival del Pasillo; recursos para proyectos de alcantarillados y para vías terciarias en todo el departamento de Caldas. Como ven hemos trabajado sin descanso en beneficio de los caldenses y de Colombia. Hemos demostrado que la política se hace en contacto con la gente, oyendo sus preocupaciones, compartiendo sus alegrías y logrando resultados concretos y tangibles que se traduzcan en un mejoramiento real de la vida de nuestros compatriotas. Eso me enorgullece. Ahora me esperan nuevos escenarios para seguir haciendo lo que más me gusta: servirle a Caldas. Espero seguir contando con el afecto y el cariño que me han regalado durante estos años. No quisiera terminar este texto sin rendirle un homenaje a todos los que trabajaron conmigo durante este periodo buscando siempre lo mejor. Los logros son gracias a ellos. Mención especial merece el Senador Luis Emilio Sierra, un caballero a carta cabal que representa lo mejor de esta raza caldense. A él lo único que puedo decirle es gracias, muchas gracias, y cuente siempre conmigo.
Quiero ser enfática en que esto no es un adiós sino un simple hasta luego, pues estoy segura que la vida me dará nuevas oportunidades y nuevos escenarios para trabajar sin descanso con el fin de alcanzar la más valiosa de las retribuciones: el agradecimiento de los caldenses.
Les mando un abrazo y les agradezco que me hayan permitido representarlos y servirlos. Hasta pronto.
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