"Cuando sonó la trompeta, estuvo todo preparado en la tierra, y Jehová repartió el mundo a Coca-Cola Inc., Anaconda, Ford Motors, y otras entidades, la Compañía Frutera Inc. se reservó lo más jugoso, la costa central de mi tierra, la dulce cintura de América.
Bautizó de nuevo sus tierras como "Repúblicas Bananas", y sobre los muertos dormidos, sobre los héroes inquietos que conquistaron la grandeza, la libertad y las banderas, estableció la ópera bufa: Enajenó los albedríos, regaló coronas de César, desenvainó la envidia, atrajo la dictadura de las moscas, moscas Trujillos, moscas Tachos, moscas Carías, moscas Martínez, moscas Ubico, moscas húmedas de sangre humilde y mermelada, moscas borrachas que zumban sobre las tumbas populares, moscas de circo, sabias moscas entendidas en tiranía.
Entre las moscas sanguinarias la Frutera desembarca, arrasando el café y las frutas, en sus barcos que deslizaron como bandejas el tesoro de nuestras tierras sumergidas. Mientras tanto, por los abismos azucarados de los puertos, caían indios sepultados en el vapor de la mañana: un cuerpo rueda, una cosa sin nombre, un número caído, un racimo de fruta muerta derramada en el pudridero".
Pablo Neruda
Moscas húmedas de sangre humilde y mermelada Canto general (1950) .
Y la mermelada ha sido convertida en política de Estado y en arma de politiqueros con la que quieren endulzar a todo el mundo, para podérselos tragar enteros, como si se tratara de simple vianda con la que no llenan sus insaciables gulas. Políticos al fin y al cabo con añoranza de república bananera.
Lo dijo Neruda: "Territorio de inestabilidad política, corrupción, e ilegalidad en su vida cotidiana, lo cierto es que dicho término peyorativo (República bananera, del inglés Banana Republic) se corresponde con un país del siglo XX caracterizado por ser pequeño, pobre, inestable y muy corrupto, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor agregado -cuyo símbolo serían las bananas- y gobernado por un dictador o por una junta militar relacionados de forma muy sumisa con capital proveniente de los Estados Unidos.
El estereotipo república bananera y la expresión dictadura servil marcharon de la mano durante gran parte del siglo XX en Centroamérica y cuando se habla de ambos conceptos, el imaginario colectivo de la zona piensa, antes que nada en la United Fruit Company y en el monocultivo de banano o plátano".
Tenemos una radiografía de nuestra actual situación de país indigno, lleno de lagartos y de tramposos, de ladrones y mercaderes, de pícaros y vivarachos, de dictadores solapados escondidos detrás de los burladeros de los trinos, que han hecho del dinero del Estado, la caja de caudales e inagotable mina para sus insaciables apetitos.
Mermelada es la política de Estado de Juan Manuel Santos. Eso todos lo saben. Pero también es mermelada la política de la Cancillería, la señora Holguín. Mermelada tenemos en los contratos de construcción de vías, en los puertos, en las petroleras, en las explotadoras de minería y carbón. Todos tienen la mermelada como aditivo para jugosos contratos y, para tener permisos legales con los que arrasan nuestro territorio y vuelven un desierto nuestras tierras.
Mermelada también usan los cafres que hacen política por fuera del Estado. Uribe ha sido el mayor dispensador de mermelada en la historia de esta maltratada nación. Ahora hipócrita y mentiroso, se rasga las vestiduras, se lava las manos como el Pilatos, que a diferencia del romano, alterna y tiene como contertulios una docena o más de barrabases, sus peones en ese juego en que convirtieron el triste destino de nuestra política.
Mermelada promete Óscar Iván, la ofrece de mejor calidad la conservadora Ramírez. No hay entre esos políticos "de qué hacer un caldo de bollos" como sentenciaban las abuelas, cuando en este país había dirigentes dignos y gente buena que no se dejaba manosear.
Mermelada ofrece y dispensa Lizcano, el gordiflón de Caldas, que no sacia su gula y la come en exceso y con la que le compra adeptos y se apropia de regiones allende los límites del departamento, a los que con mermelada seduce para tenerlos como borregos votando y eligiendo a ese pigmeo, el más encopetado de los corruptos de la región. Mermelada se reparte a borbotones entre los corruptos del Ejército y la Policía que hacen quedar mal esas instituciones con burocracia y apetito insaciable.
Mermelada es lo que aglutina diputados y concejales aquí y allá, en todos los municipios de este maltratado país. La reparten ministros, gobernadores, alcaldes, consejeros. En fin toda una manada de mermeladeros que conocen la mermelada como nadie y que la manejan sin escrúpulo.
Esperemos que los ciudadanos más sensatos, sientan repugnancia por la mermelada politiquera, que los que se atragantan con ella, experimenten la náusea y se impregnen del vomito que produce dejarse comprar por sucia mermelada.
Nota: Dice Jose Fernando Mora Gomez, así, sin tildes, del Sena, en un comentario en LA PATRIA: "León Valencia es el director de la "Fundación Paz y Reconciliación",y es conocido por haber pertenecido a grupos criminales y luego haberse metido a la política; si a quien escribe esta columna no le parecen dicho sujeto y dicha Fundación, por lo menos, sospechosos, a mi si" (sic). Sabrá este maleducador del Sena que el mencionado señor se acogió a un proceso de paz legal en Colombia. No puede seguir quien se supone educa, y debe mal educar, ensañarse con los que volvieron a la vida civilizada. En su institución hay muchos reinsertados. Si no le gusta eso, que renuncie. ¡Qué doble moral la del majadero!
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