Bután, tan pequeño y tan poco interesado en el progreso deshumanizante por el que se desviven los países occidentales, es potencia en producción de hidroelectricidad. Aprovecha sabiamente su oro-hidro-grafía y vende electricidad a sus vecinos, como India y Camboya. La persona que me fue a recibir al aeropuerto de Paro para llevarme a Timphu, la capital, tuvo buen cuidado de decirme varias veces que la mayor fuente de ingresos del país es la venta de la electricidad. La otra entrada es el turismo. Poco a poco Bután se va abriendo al turismo. Antes solo aceptaba 6.000 turistas al año, prohibición que ha sido levantada. Cada turista debe gastar por lo menos 250 dólares diarios. Personas pensantes me dijeron que esa apertura al turismo occidental va a ser la muerte de las tradiciones y la cultura butanesas.
Tuve la suerte de visitar el país en el momento justo.
El idioma es el dzongkha; con Pema, mi guía, yo me entendía en francés y a veces en inglés. La moneda es el ngultrum y su valor es igual respecto al dólar, a la rupia de la India. En Bután se acepta comúnmente la rupia india, pero no al revés; en India no se acepta el ngultrum. El país está dividido en 20 distritos y el nombre de Bután significa "la tierra del dragón del trueno".
India y Bután tienen estrechas relaciones a todo nivel y los asuntos internacionales de Bután los lleva la India.
Me alojaron en el hotel Namgay Heritage, preciosa construcción en madera, toda ella decorada al estilo butanés budista. Todo, puertas, ventanas, chambranas, techos, está preciosamente pintado con colores vivos y motivos típicos del país.
Mi primer día en Bután fue de "gloria". Así llamo yo en mis diarios de viaje a los días inmaculadamente azules. Y la primera visita también fue espectacular. Cuando llegué a Timphu era de noche y no vi el Chorten. Pero al amanecer me quedé extasiado mirándolo, es el National Memorial Chorten. Chorten es un monumento budista de piedra que generalmente encierra reliquias de santos o de sabios lamas reencarnados. El monumento, muy reciente si se lo compara con otras estructuras sagradas construidas cientos de años atrás, es de impresionante belleza. Fue construido en 1974 en honor del tercer rey Jigme Dorji Wangchuck que vivió entre 1928 y 1972 y fue el abuelo del actual rey. Centenares de devotos caminaban siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Así lo hice; mis visitas a países o regiones de religión budista como el Tíbet o Nepal me han enseñado esta práctica religiosa de dar vueltas y más vueltas a los stupas o chortens siguiendo el sentido de las agujas del reloj, o sea por la izquierda. El turista o visitante no debe cometer el error de dar vueltas en otro sentido. Donde fueres haz lo que vieres. Los devotos, hombres, mujeres y niños, llevan el molinete de oraciones o el rosario de 108 pepas y van entonando la oración sagrada de la flor de loto: "Omi mane padmeum". Admira la fe de los devotos. Uno puede hacer las fotos que quiera y ellos no se molestan. Así lo hice y traigo una colección preciosa de fotos de los devotos dando la vuelta o sentados y todos orando. Mi guía, Pema, se mezcló con los orantes mientras yo hacía las fotos y devoto, también yo, terminé uniéndome a las prácticas piadosas de los butaneses. Comencé muy bien mi visita a este país maravilloso.
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