Hace poco, en conversaciones con un amigo, abogado, experto en temas medioambientales y desarrollo sostenible, hablábamos de los sueños que tenemos tantos caldenses de ver convertido nuestro departamento, nuevamente, en el otrora departamento modelo de Colombia; con una educación de calidad y hablábamos entre otras cosas, de esas grandes y aplazadas obras de infraestructura que cada vez vemos más lejos. Se dice que es por falta de liderazgo, por torpeza administrativa o por no tener un claro modelo de desarrollo.

En medio de la amena charla, hablamos de la troncal de Caldas, de la vía que de Manizales conduce al Magdalena, de poder unir el ferrocarril que llega a La Dorada con el de La Felisa y como no, de la navegabilidad del río Magdalena, obra de dragado que ya fue adjudicada al consorcio Navelena, integrado por la brasileña Odebrecht y la colombiana Valorcon, por valor de 2,5 billones de pesos. Este consorcio realizará durante 13 años y medio las obras que harán "navegable" nuevamente el río Magdalena.

Surgió por parte de mi contertulio la pregunta que nadie se hace: ¿y de dónde van a sacar el agua? Me quedé sorprendido con la pregunta y le pedí que me aclarara el porqué de su inquietud. Me explicó sobre las enormes deficiencias de control, la corrupción y la forma tan descarada como unos pocos se lucran del Parque Nacional Los Nevados, el parque tiene un área de 58,300 hectáreas y se encuentra sometido al pastoreo permanente de ganado, con la venia, claro está, de algunos funcionarios de Parques Nacionales que encuentran en esta alcahuetería una forma cómoda de mantenerse en cargos públicos sin preocuparse mucho por ejercer funciones de autoridad ambiental. Las quemas indiscriminadas de vegetación (atribuidas a manera de distracción al verano) son generalmente provocadas por estos ganaderos invasores, quienes tienen al interior del Parque cultivos de papas, cercos, rotaciones, bebederos y saladeros para sus animales. Es pasmosa la indolencia de las autoridades frente esta actividad a todas luces ilegal y devastadora para nuestros páramos.

Suena increíble que siendo el Parque Nacional Natural Los Nevados un espacio que debería estar dedicado exclusivamente a la conservación, actualmente se cultive papa y se pastoreen miles de cabezas de ganado, en algunos casos una persona de las que ilegalmente realiza esta actividad llega a ocupar extensiones de páramo que superan las mil hectáreas.

Para quienes no lo saben, de aguas nacidas en el Parque Nacional Natural los Nevados se surten municipios de cuatro departamentos, Caldas a través del río Chinchiná, cuyo nacimiento se encuentra en la Laguna Negra, y otros acuíferos subterráneos que nacen en el parque; Risaralda, a través del río Otún, Campoalegre, Campoalegrito y Barbo; el departamento del Quindío, con el río Quindío, y Tolima con los ríos Combeima, Coello, Totare, Totarito, Recio, entre otros; son los proveedores de agua más importantes de este departamento y con los que se surte buena parte de su actividad agrícola.

Aproximadamente tres millones de habitantes se benefician de aguas nacidas en estos páramos. El páramo es un ecosistema tropical que solo se encuentra en América, destacándose que solo 5 países en el planeta tienen páramos, de los cuales cerca del 50% se encuentran en Colombia.

En su documental "Una verdad incomoda", Al Gore (exvicepresidente de los Estados Unidos y activista ambiental) dice que el 40% de la humanidad se surte de aguas de origen glacial y que en los próximos 10 años, con el problema de cambio climático, muchas personas van a tener problemas de abastecimiento de agua. Colombia, al tener páramos, tiene una herramienta de regulación hídrica que la pone en relativa ventaja, ventaja que se encuentra en entredicho gracias a la pobre labor de atención que se le presta a los páramos y al pésimo estado de conservación actual. No estamos lejos de sufrir situaciones de desabastecimiento hídrico en un verano próximo.

El Parque Natural Nacional Los Nevados tiene importantes cuencas que drenan tanto al río Cauca como al Magdalena. Ojalá que cuando la concesión otorgada a Navelena termine en 13,5 años, la excusa para justificar el fracaso del proyecto no sea que no hay agua suficiente para navegar el río dado el deterioro progresivo de los páramos. Esperemos que el proyecto de navegabilidad del río Magdalena no sea otro proyecto para olvidar por una generación que día a día ve frustrados sueños y proyectos para las nuevas generaciones.