Por iniciativa de Corpocaldas, está terminando de ajustarse en nuestro departamento la iniciativa de compensación por servicios ambientales conocida como BanCO2, un modelo diseñado desde Cornare, el par de Corpocaldas para el oriente antioqueño, que encontró la manera de revertir el viejo conflicto del ejercicio de la autoridad ambiental y la aplicación de sanciones a familias rurales que extraían recursos de sus bosques, no por perversión o insensibilidad ambiental, sino por simples razones de subsistencia.

Ya el mes anterior se concretó la vinculación de las primeras familias compensadas por Chec, como primera empresa de la región que, además de cuantificar parte de los impactos de sus actividades productivas, transfiere recursos directamente a los pobladores de la zona rural donde nacen las quebradas y ríos que abastecen su sistema de generación. Por los días en los que se cerró ese primer acuerdo, un editorial de este diario, bajo el título "Creatividad con el ambiente", elogiaba el hecho mismo de la compensación, y más allá de ello la aplicación del modelo, del cual resaltaba ante todo su simplicidad y el alto potencial de efectividad.

La simplicidad que resaltaba dicho editorial debería ser un atributo de las acciones de política pública, para favorecer el acceso de los ciudadanos a mecanismos de pleno ejercicio de sus derechos y deberes. En esto, el mecanismo de BanCO2 es un ejemplo, reconocido en lo territorial y lo nacional, e incluso en el ámbito internacional. Es posible que admita muchas observaciones desde el punto de vista técnico, pero su propósito no es incrementar el conocimiento sobre el balance de emisiones y la mitigación de las mismas con rigor científico. El propósito de una herramienta como esta es generar conciencia en las instituciones y los ciudadanos de que el deterioro ambiental que padecemos es producto de nuestras acciones cotidianas, lo que nos convierte en responsables y nos imprime el deber de contribuir con alternativas de resolución de los problemas. Pero más importante aún, el hecho de contribuir a que las familias rurales gocen del derecho de percibir algún beneficio del mantenimiento de áreas cubiertas de bosque, es una forma más de ayudar a saldar una deuda histórica de toda la sociedad con quienes habitan las zonas rurales de nuestro país.

De acuerdo a las proyecciones de Corpocaldas, el modelo empezará a extenderse a partir del segundo semestre de este año, y sin duda lloverán reparos y cuestionamientos al soporte científico de lo que se presenta como modelo de compensación por servicios ambientales de captura de Carbono. Pero desde ya invito a quienes tengan observaciones, a que las canalicen en función del mejoramiento de la herramienta, y no de obstaculizar su aplicación. Como suele decirse, "lo perfecto es enemigo de lo bueno", y bastantes ejemplos tenemos de instrumentos dotados de un grueso soporte científico, que en ocasiones logran sustentar complejos marcos de política, pero que en la práctica no logran aplicaciones concretas y no contribuyen a resolver problemas reales.

Siempre necesitaremos mayor y mejor desarrollo científico, y mayores y mejores instrumentos de política, pero no debemos olvidar que la utilidad de la ciencia y la política debe ser evaluada a la luz de la solución de problemas reales y del mejoramiento de las condiciones de bienestar de los seres humanos.

Ahora que hay candidatos formalmente inscritos, y que empiezan a discutirse sus propuestas en todas las dimensiones de la gestión territorial, valdría la pena que revisaran en la herramienta de BanCO2 la posibilidad de estructurar acciones de política concretas, contundentes y efectivas, que no solo pueden ayudar a sustentar sus discursos. Más allá de eso, si lo aplican quienes resulten elegidos, contribuirán de manera muy efectiva a reducir las tasas de deterioro ambiental en nuestro territorio, ayudando de paso a mejorar las condiciones sociales y económicas de las familias rurales, para quienes en la mayoría de los casos, la acción política solo produce desengaños, y en el mejor de los casos (¿?), subsidios.