El que dice que un clavo saca otro clavo, no sabe nada de carpintería ni del amor. Grafito leído en Pereira.
Esa falsa creencia puede estar en la letra de una canción de despecho, pero no en la mente de un ser inteligente.
Lo primero que hace otro clavo, o sea, una nueva relación, es enredar más la maraña mientras no se hayan sanado heridas del alma.
Lo peor que puedes hacer después de una ruptura es iniciar de inmediato otra relación.
Lo más seguro es que te repetirás o te irás al otro extremo, y en ambos casos volverás a sufrir.
Lo segundo es lo que refleja con humor la vieja y graciosa película brasilera Doña Flor y sus dos maridos.
Un despecho no se cura con licor o un nuevo “amor”, se cura soltando cargas, con perdón y aprendiendo valiosas lecciones.
Eso es lo que debes hacer para no ser coleccionista de parejas como tantas vacías estrellas de Hollywood.
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