Colombia está siendo saqueada por una minería ilegal que hace rato es mucho más rentable que la coca.
Mientras tú lees este comentario, más de 300 municipios están invadidos por explotadores de mafias o bandas.
Se apoderan de un bien del pueblo y los daños que infligen a la Tierra y el Agua son demenciales. Dice un analista:
“Siguiendo un saqueo que empezó en el siglo XVI, Colombia no ha dejado de ser el botín de unos pocos.
El Estado colombiano es un simple repartidor de negocios en una falsa y corrupta democracia”.
Una patria con gobiernos sin ética y cortoplacistas que a veces simulan atacar ese mal, pero nunca a fondo.
Mientras tanto los colombianos seguimos fieles a nuestro vicio inveterado de ignorar la corrupción y la destrucción del país, y aguantar.
Por eso acertó el sagaz grafitero que escribió sobre un muro: Colombia se derrumba y nosotros de rumba.
Nota: Sin coincidir en todo con ella, admiro la labor de Salud Hernández y me alegra que haya acabado su secuestro, que para un Gobierno débil no lo fue.
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