Es horrible que EE.UU. con un solo 4,4% de la población mundial abarque 22% de los presos del mundo.
Pero más horrible y absurdo es que 46% de esos presos estén en la cárcel debido a la droga.
A pesar de todo en EE.UU. se empecinan en continuar con su fracasada guerra antidrogas.
¿Por qué? Porque la mayoría del dinero que dan las drogas se queda allá y de esa mina viven muchos.
El desempleo crecería mucho allí si se acabara esa guerra que sostiene a millares de personas como estas:
Policías, agentes de la DEA y el FBI, abogados, jueces, carceleros, proveedores de las prisiones y otros más.
Y la guerra sigue porque nuestros gobiernos se arrodillan ante EE.UU. y siguen fielmente lo que allá se ordene.
Holanda y Portugal hace años han mostrado otra vía que algún día seguirá la humanidad. La salida no es policiva ni represiva. Debe ser educativa, preventiva y regenerativa.
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