La historia de una joven de 22 años, esclavizada y torturada por sus empleadores, estremece a México.
El maltrato dejó horribles marcas en su cuerpo causadas por planchas, ganchos, cadenas o tubos
La torturadora le decía: "No sirves para nada, lo mejor es que te mueras, eres un monstruo al que nadie quiere".
El maltrato la dañó tanto que sus órganos parecen los de una persona de 81 años, según los doctores.
Para mitigar el hambre masticaba plástico de prendas de su estrecho cuarto en la tintorería.
Le tocaba beber el agua de la plancha cuando tenía sed y la mantenían encadenada como un animal.
El 6 de abril pudo escapar y marrar su terrible pesadilla que desnuda lo peor de los seres humanos.
Somos capaces de lo mejor y de lo más bajo. Este Oasis no es solo lo positivo, es para despertar conciencias.
Un modo es ver hasta qué abismos baja el que vive sin Dios y sin moral, como los torturadores de Zunduri.
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