En diez tesis sobre la política, Jacques Rancière defiende una idea básica sobre la democracia. Dice que es el único sistema de gobierno, a diferencia de otros como la aristocracia y la monarquía, en la que los gobernantes y gobernados son las mismas personas. En otras palabras, la democracia es el único modo de vida en el que somos gobernantes al tiempo que nos gobiernan. ¿Pero cuáles son los mecanismos específicos que permitirían que esta idea se convirtiera en algo cotidiano y concreto? Algunas de tantas, son la transparencia estatal y el acceso a la información pública.
Si la información que produce el gobierno se queda en manos solo de quienes gobiernan, aparece una muralla entre gobernantes y gobernados, un privilegio que solo deja a algunos en el plano del poder. Son los únicos que conocen cómo funciona lo público, los únicos que saben de sus posibilidades y de sus falencias. Por el contrario, si la información que produce el gobierno está en manos de todos, cualquiera puede estar actuando como un gobernante que sabe para dónde va y un gobernado que reclama.
Los contratos del Estado, con sus valores, con sus contratistas, con sus modalidades, con sus plazos y condiciones; las plantas de personal de las oficinas públicas, con sus nombres, con sus hojas de vida, con sus antecedentes disciplinarios y penales; los programas de gobierno, con sus cronogramas, con sus presupuestos, con sus condiciones de acceso, con sus formularios; los bienes y servicios que ofrece el municipio, con sus características, con sus dependencias, su ubicación, su forma de acceso, su forma de pago. Todo es parte de la información del gobierno que debe estar en manos de todos. Es un reto de las ciudades como Manizales. Más que para poner al alcalde a rendir cuentas, o criticarlo, o joderlo, para hacer realidad una democracia concreta.
La transparencia, que es la forma como el gobierno hace públicos sus datos por su propia iniciativa, y el acceso a la información, que es el modo como todo podemos solicitar algún documento público, han tenido dos sucesos relevantes durante este 2016 en Manizales.
En primer lugar, la discusión y aprobación del Plan de Desarrollo de la ciudad para 2016-2019. Tal y como fue discutido, presentaba un solo objetivo encaminado a la transparencia de la información del gobierno municipal: Una mezcla entre las estrategias de participación y diálogo con la comunidad, y la modernización de los sistemas de información. Lo curioso es que una de las metas es que la ciudad mejore en el Índice de Transparencia de Transparencia por Colombia.
En esa medición de 2013-2014, la ciudad obtuvo una calificación buena, de 65,6 sobre 100, sin embargo, si se desagrega la medición se encuentra que el gobierno municipal es deficiente en la divulgación proactiva de los bienes y servicios que ofrece, en lo que tuvo una calificación de 4,8. Falta ver si esta debilidad será resuelta por las estrategias planteadas en el Plan de Desarrollo, pues no se trata de generar espacios de diálogo en los que el alcalde hable como habla y los demás aplaudan como aplauden, ni de implementar sistemas de información modernos que terminen ocultos o imposibles de usar por los ciudadanos. Se trata de lograr que las herramientas de divulgación sirvan de verdad para lo que son: para brindar la información pública que requieren los gobernados.
En segundo lugar, se destacó la alianza entre la Corporación Cívica de Caldas y LA PATRIA, que denominaron “Lupa a la contratación”. Una apuesta por tomar toda esa información del municipio y del departamento para divulgarla aún más y, mejor todavía, sacar conclusiones. Por esa alianza nos enteramos que la contratación a dedo sigue siendo la principal modalidad de contratación en el departamento. También que Manizales es hoy la única ciudad con doble señalización en las vías de la ciudad, todo por un contrato que no termina y otro que se hizo a las carreras. Finalmente que el Cosmobús va, que el Cosmobús no va, que va, que no va. Que será que somos tan buenos para hacer las calles y los puentes pero no tan buenos para gestionar el transporte público que va sobre ellos, ¿recuerdan el TIM? ¿En qué va? ¿En qué quedó? Esperemos que quede cristal y lupa para que los gobernantes nos cuenten, nos muestren.
Entre bambalinas: Con esta columna vuelvo. Y volver duele, dice una canción, es que tiene algo que ver con renacer.
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