360 días después de que el presidente Juan Manuel Santos anunciara en el hotel Termales El Otoño ante la dirigencia administrativa, política y gremial de Caldas que el gobierno nacional le daba su respaldo al Aeropuerto del Café, el cual registra un dilatado inicio de construcción en el municipio de Palestina, parece que se enreda la promesa de apoyo hecha entonces por el mandatario de los colombianos y vuelve a estar en el limbo la posibilidad de que se reinicien las obras definitivas que permitan desarrollar, por lo menos, la primera etapa de la necesitada terminal aérea.
Fue ese jueves 3 de octubre un día de contrastes pues Santos, que todavía no era candidato declarado a la reelección, aunque ya sabía que lo iba a ser, después de que apenas comenzando la tarde les dijo a LA PATRIA y a Noticias LPTV, en entrevista exclusiva, que no había nada definido y que parecía difícil aportarle recursos nacionales a un proyecto que había comenzado a construirse a partir de estudios y proyecciones imprecisas y ficticias, salió por la noche en un discurso ante la dirigencia caldense en pleno a anunciar que su gobierno daba luz verde para construirlo.
"La noticia importante que tengo es que vamos a darle luz verde a ese aeropuerto", dijo el Presidente entonces ante un auditorio que lo aplaudió tras escuchar, además, que se le entregarían 50 mil millones de pesos inicialmente y que de ahí en adelante, de acuerdo con resultados de ejercicios fiscales se le sumarían otros recursos, mientras la región se comprometía a seguir aportándole dineros de vigencias futuras y de créditos que se asumirían.
Pues bien, hoy Aerocafé, que ya cuenta con el estudio de afianzamiento técnico que dice que es viable construir el aeropuerto y que ya estableció además cómo sería la realización de la obra por etapas, está enredado, y este año literalmente allí nada se ha hecho. Se trata, al parecer, de una cuenta de cobro política que estaría pasando el propio gobierno nacional porque en Caldas la votación en la pasada campaña presidencial fue muy superior a favor de Óscar Iván Zuluaga y en detrimento del candidato-presidente Santos, y porque el gobernador Julián Gutiérrez en algún momento de la misma hizo una referencia en el sentido de que tener un presidente de la tierra podría representar muchos beneficios para esta.
No sé cuál sea el pecado cometido en Caldas, si es que ese es el motivo por el cual desde el Presidente, pasando por el vicepresidente Germán Vargas y continuando con la nueva ministra de Transporte, le estén poniendo trabas y talanqueras a la entrega de 50 mil millones de pesos y otros dineros más que tiene disponibles la Aerocivil sin invertirlos, para comenzar a desenredar la construcción de nuestro aeropuerto. Para un ciudadano común y para cualquier político maduro y razonable resulta lógico, a todas luces, que un departamento y una región quieran tener un Presidente de su tierra y por lo tanto hayan votado más por él que por su contrincante reelegido, o que un gobernador haya dicho, no creo que con interés proselitista, que para su departamento sea bueno tener un jefe de estado.
Por lo pronto, lo que hay que hacer de manera urgente es que los gremios y la dirigencia política con asiento en el Congreso definan acciones de defensa de los intereses de Caldas y le exijan al gobierno respetar las promesas y los acuerdos. Hay que traer a Santos y a Vargas Lleras a refrendar su compromiso con Aerocafé.
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