En las encuestas mundiales sobre liderazgo se refleja una verdadera pérdida de confianza en todos los estamentos frente a las personas o grupos que tienen responsabilidades importantes por sus funciones en la estructura social. Partidos políticos, órganos legislativos, educadores, iglesias. En fin, nadie se escapa del escepticismo. Pocos tienen confianza en lo que podríamos llamar los líderes tradicionales.
Chris Lowney, un conferencista norteamericano especializado en liderazgo y que ha escrito varios libros, entre ellos el más reciente es sobre la manera como el papa Francisco ejerce su liderazgo, hizo una interesante reflexión sobre una "pausa de conciencia". Se trata de parar al día cinco minutos. Y hacer tres momentos. El primero es en forma de pregunta: ¿Por qué quisiera agradecer como ser humano? En pocas palabras qué experiencias se han tenido que signifiquen regalos, gracias, reconocimientos, situaciones de crecimiento, etc. Y agradecer por ellas. En un segundo lugar: Recordar los grandes propósitos que tenemos en nuestra vida. O un poco más concreto, podría ser tener presentes los objetivos que tenemos en la vida. Finalmente, en tercer lugar, está formulado como una nueva pregunta: ¿Qué enseñanza he tenido en estas horas que pueda aplicar en las próximas? Esta pequeña pausa se convierte en un tiempo privilegiado para ganar en autoconocimiento, que es uno de los elementos más importantes del liderazgo.
Adicionalmente, señaló otros elementos que potencian el liderazgo de las personas que desean pasar dejando huella en la historia. Entre ellos mencionó la necesidad de tener presente que en la vida trabajamos por causas y objetivos mucho más importantes que nuestros "egos". Es tener la capacidad para detener esa fuerza del "yo" que desea ser la medida de todas las cosas en la vida, y pone a gravitar todo alrededor de uno mismo. Pues bien, la invitación es a dejar de pensar tanto en uno, y más bien poner por encima esas grandes causas por las cuales queremos jugarnos la vida. Es pues, un componente que también tiene bastante de humildad.
De otro lado, insiste en que el líder es aquella persona capaz de vivir cómodo en ambientes adversos, complejos, incómodos, o poco agradables. Son personas que pueden navegar en ambientes hostiles. El líder no es el que tiene todo fácil, no es la persona que puede controlar todas las variables, sino aquella, que es capaz de adaptarse al cambio, de generar nuevas soluciones creativas para responder a los retos. El liderazgo no es precisamente vivir en un jardín de rosas, es una tarea continua y que implica sobreponerse.
A estos elementos, Lowney adiciona uno fundamental: el amor. Y el amor que se debe poner más en las obras, que en las palabras. Para construir ambientes agradables de relaciones.
Hacer la pausa de los 5 minutos, puede ser algo muy enriquecedor para aquellas personas que por sus afanes, múltiples compromisos y excesos de responsabilidades, pues permite llegar al fondo de la persona y evita que nos quedemos en el activismo de cada día. Y es la base para afinar el liderazgo.
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