El piloto que “apareció” en la reciente inauguración de la escultura en la Normal, debe convertirse en un símbolo del macroproyecto del Aeropuerto de Palestina. En medio de la ceremonia de descubrimiento del búho, escultura del maestro Jorge Vélez Correa, la mirada de Ateneo, que colocaron allí en la entrada de esa institución, el exsecretario municipal y dirigente cívico, Gilberto Cardona, le dio una lección mokusesca a la ciudadanía de Manizales: mantenerse firme y fiel a los grandes proyectos de ciudad. 
Lecciones como esta son vitales para la ciudad, Manizales ha logrado sacar adelante muchos sueños colectivos, ha tenido el tesón, la fuerza y perseverancia para labrar su morada en las montañas. Ha sido ejemplo de civismo como palanca de la sociedad civil para sacar adelante lo que la política no era capaz, o aún lo que la política entrababa. La gran fuerza del civismo manizaleño es si se quiere una de las potencialidades más profundas y radicales que tiene la ciudad. Ahora se le hace un nuevo llamado, para sacar adelante el proyecto del Aeropuerto de Palestina. Proyecto que por problemas técnicos y de manejo con falta de transparencia, se ha visto empantanado y con su viabilidad puesta en duda. Lo que Cardona recordó con su intervención es que no se pueden dejar expósitos los proyectos de ciudad, sino que deben ser acompañados y y fortalecidos por todos. 
Hasta en esta columna hemos planteado los problemas técnicos y de manejo del proyecto de Aeropalestina, precisamente por ello mismo, es que la ciudadanía debería rodear esta iniciativa, para colaborar en su afinamiento. Qué bueno que las universidades de Manizales crearan una mesa conjunta con sus doctores y especialistas para acompañar los principales proyectos de la región; que los gremios empresariales hicieran lo mismo y que con su capacidad de lobby y de aunar recursos humanos y monetarios pudieran mantenerse al pie de las iniciativas regionales; que las autoridades y gobernantes generaran dinámicas de participación pública y privada para el acompañamiento. 
Los grandes proyectos son los sueños de región y ellos son los que mantienen viva a una comunidad, con esperanza y apertura hacia el futuro. Es lo que le imprime la dinámica que permite que la región pueda dar saltos cualitativos en su desarrollo. 
Que el Búho del maestro Jorge Vélez, con sus alas puesto en medio de la avenida Santander, se convierta en un símbolo, no solo de la importancia de la educación, sino también del compromiso con los sueños de ciudad.