La maduración que han ido tomando los llamados exámenes del ICFES, hoy pruebas Saber, es importante para el fomento de la educación en Colombia. Hoy los bachilleres del calendario A presentan la prueba Saber 11, unas 350 preguntas de las cuales son en su mayoría de escogencia múltiple que se complementan con otras abiertas. Ha habido una interesante metamorfosis en el contenido del examen, pues de preguntas de "memoria" se ha hecho el tránsito hacia preguntas que buscan medir más las competencias de los estudiantes.

De otra parte, los resultados de este examen son el instrumento por excelencia utilizado por la gran mayoría de las universidades privadas para la selección de los estudiantes. Las universidades públicas no le creen al examen que hace el Estado. Y buena parte de ellas hacen pruebas especiales. El rector de una de estas universidades señalaba que en las aplicaciones de las pruebas del ICFES se presentaban muchas irregularidades que atentan contra la equidad y transparencia de los resultados, por lo que prefieren realizar pruebas directamente que dicen controlar perfectamente en su transparencia y pertinencia. La seguridad de la prueba debe ser mejorada por el ICFES, es el colmo que las mismas instituciones oficiales no le crean.

Desde el año pasado, los resultados de la prueba Saber 11 para los estudiantes más pobres y necesitados del país tienen una connotación especial: la posibilidad de llegar a una universidad acreditada del país. Se trata de las becas "Ser Pilo Paga", una de las iniciativas más revolucionarias para el acceso a la educación de calidad para las poblaciones sin los recursos económicos. La gran mayoría de los Pilos, no llegarían a la Universidad si no existieran estas becas. Son una maravillosa estrategia de movilidad social a través de la educación superior.

El Índice Sintético de Calidad Educativa que fue puesto en marcha por el Ministerio de Educación recientemente para medir la calidad de los colegios en el país, se alimenta en componentes de desempeño y progreso de los resultados de las Pruebas Saber.

En el pasado congreso de investigación en educación organizado por el ICFES se hicieron unas precisiones sobre las limitaciones de las pruebas Saber 11. Ellas miden ciertos aspectos que se pretenden con la educación, pero no todos los propósitos. Por ello, se llamaba la atención a los colegios que destinan muchos esfuerzos para que los estudiantes salgan bien en el examen, sacrificando otras actividades y espacios formativos, lo que termina empobreciendo el proceso educativo.

Las pruebas que hoy presentan los estudiantes de último grado de colegio en 8 horas, en dos tantas de cuatro horas, se convierten en un momento de verdad en sus vidas. Pero desgraciadamente, sus resultados dependerán en gran medida de las posibilidades que hayan tenido por su cuna, es decir, por sus posibilidades económicas, en efecto, los niños que salen de colegios privados tienen en general mayor probabilidad de éxito que los que salen de colegios oficiales. Igualmente, las desigualdades regionales del país salen a relucir, un bachiller de Medellín o Bogotá, tiene mayor probabilidad de éxito que uno del Chocó o del Meta. Por ello, las pruebas Saber no deberían decidirlo todo, pues las condiciones de los niños que los presentan es muy desigual. Así las pruebas Saber 11 son una prueba más de la inequidad del país.