Volvieron a casa los 5 secuestrados por las Farc. El cuento está mal contado. Nunca sabremos la verdad. Cada uno da una versión diferente. Cada uno tergiversa al otro. En fin, un episodio que no se va a aclarar, porque a nadie le interesa que quede claro.
Luego nos sale el Fiscal General de la Nación, Montealegre, con el cuento chimbo, de que tenemos que asociar el narcotráfico al terrorismo como delitos conexos. Y lo explica en forma muy sofisticada, aparentemente muy convincente, pero utilizando sofismas que engañan y que no tienen asidero en la realidad.
De manera que ahora, no solo nos tenemos que tragar el sapo de la paz, con toda la impunidad que representa para los actores, sino que además los narcotraficantes se van a beneficiar del perdón y del olvido, legalizando sus fortunas levantadas sobre los escombros que han dejado en este país, en el que han destruido muchos seres humanos, desbaratado muchas familias, convertido en desechables a muchos colombianos inocentes.
Esa idea torpe convertirá a los que han dado la vida por combatir el flagelo del narcotráfico en muertos vanos, que sacrificaron su vida por nada. Así no se construye un país digno. Así no se levanta una democracia decente. Así no se hace una revolución.
Que los narcotraficantes en su mayoría, utilicen maneras tenebrosas para amedrentar a la gente es una cosa. Que ellos utilicen el terrorismo como una manera de imponer a la brava el imperio de su ley es otra cosa. Pero que la insurgencia, venga con el cuento, estulto por demás, de tratar de convencernos de que el narcotráfico es un delito conexo con la revolución, es una majadería solo pensable en los representantes majaderos que tenemos en Colombia de una insurgencia que no tiene norte, que no tiene principios, que no reivindica transformaciones sociales, que solo ha producido, destrucción, desolación y muerte, mientras sus dirigentes se enriquecen desaforadamente, utilizando para ello a los guerrilleros sacados de sus hogares y que son simples peones en un ajedrez de terror, convertido en un negocio macabro con el que se hacen a billones de dólares, sin ruborizarse, aunque estén demostrando con eso, que sus acciones son lo menos revolucionario que grupo alguno pueda tener.
Los diálogos de La Habana, no pueden ser el trampolín para hacer del narcotráfico un pecadillo menor de una sociedad alcahueta, que tiene que aceptar a la brava otra sociedad víctima de todos los corruptos, de todas las vertientes, dentro y fuera de la legalidad.
Que en la agenda de los diálogos, las Farc nos muestren un solo cambio estructural positivo para el pueblo colombiano, que nos muestren una sola ganancia que haya tenido Colombia con sus acciones. Que demuestren un solo acto que implique progreso, un cambio social positivo, una acción en pro de la mayoría de los colombianos.
Sí, claro que tenemos que trabajar por la construcción de la paz, pero no una paz conseguida al precio de arrodillar a toda una sociedad, para que les hagan corte de honor a sus verdugos, después de sus actos demenciales, que les han ganado el repudio generalizado, la casi unánime actitud de desprecio por quienes usando banderas revolucionarias, se convirtieron en asesinos sin tripas, terroristas sin conciencia, narcotraficantes sin escrúpulos.
Montealegre no está ni tibio. ¿Tendrá conciencia de la estupidez profunda de sus tesis siendo el Fiscal General de la Nación?
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Oración de un colombiano del común
Señor: Este año ha sido tremendamente difícil para íi. Te has llevado a mi actor favorito, Robin Williams; a mi escritor favorito, Gabriel García Márquez, a mi cantante favorito, Gustavo Cerati, a mi humorista favorito Chespirito.
Solo quería que tuvieras muy presente que mi presidente favorito es Juan Manuel Santos, mi alcalde favorito Gustavo Petro, mi senador favorito Álvaro Uribe, mi presentador favorito J. Mario. Te quedan 5 días del año… No es por acosar!!!
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