Los seguidores de la saga de libros y películas del mago Harry Potter pueden estar tranquilos. Si la autora de sus aventuras, la británica J.K. Rowling, decidió guardar la pluma tras ocho libros, los "pottermaníacos" podrán asomarse a nuestro Senado de la República, réplica del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

En Hogwarts, que se supone es un colegio, no enseñan matemáticas, ciencias sociales, o biología. Allá enseñan cosas como volar en escobas, hechizos y cría de monstruos. Las matemáticas, la lectura y escritura, las ciencias sociales, la biología no existen. Sus alumnos, como los senadores, viven en un mundo único. Pueden ser analfabetos o perezosos para la lectura como el exrepresentante Simón Gaviria (hoy Director de Planeación Nacional), o estar alejados de la realidad como el senador Juan Manuel Corzo a quien su sueldo de $20 millones no le alcanza para tanquear su camioneta.

Esta semana pudimos presenciar una escena digna de la saga del joven mago en la plenaria del Senado. Con sus gafas redondas y llevado por el dolor de la muerte de su padre, Iván Cepeda Potter se enfrentó al "Señor Tenebroso" a "Quien-Tú-Sabes", a "El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado". La Comisión de Ética del Legislativo le prohibió decir su nombre durante el debate sobre sus nexos con el narcoparamilitarismo, por miedo a que él y sus mortífagos se materializaran. Creían que su alma había sido acabada tras la reelección, sin embargo "el Innombrable" logró dividirla y guardarla en unos horrocruxes (objetos usados para almacenar parte del alma de una persona, protegiéndola de su muerte) que él llamo "tres huevitos".

Cepeda Potter, envalentonado, dijo su nombre: Lord Uribemort. Y aquél que reinó durante ocho años se levantó de su silla. Algunos contuvieron la respiración y esperaron el duelo, sin embargo éste evitó la confrontación y se escapó para preparar su ataque. Cepeda se quedó contando cómo los mágicos volaban y llevaban sus polvos al extranjero cuando un joven Uribemort era director de la Aeronáutica civil. De vez en cuando la cicatriz que lleva al lado izquierdo de su frente le ardía, pero se concentraba y pensaba en cosas que lo alegraran, como un diálogo en La Habana, para seguir adelante.

Una vez finalizó su defensa, una nube negra se posó sobre el Senado y aquellos que alguna vez llevaron la señal de los uribismo comenzaron a temblar de miedo. Entró Lord Uribemort, escoltado por José Obdulio ‘el mentalista ataráxico’ Gaviria, que dice poder comunicarse de manera telepática con sus copartidarios, y la congresista María Fernanda ‘la bruja’ Cabal. Una mujer que es capaz de mandar a cualquiera al infierno con un solo trino.

"¡Abracadabra!", dijo Uribemort y de inmediato empezaron a salir por arte de magia acusaciones y señalamientos. Él, que tiene conexiones con lo más oscuro del Ejército, dijo que tenía información que vinculaba a más de uno con las Farc y grupos narcotraficantes. Detrás de una enorme cortina de humo y con el movimiento de su mano derecha tuvo encantado al auditorio, mientras sus mortífagos hacían lo suyo a través de las redes sociales.

Al finalizarse dirigió al animago Jimmy ‘Colagusano’ Chamorro, uno de sus antiguos escuderos, al cual señaló de haber recibido cheques de la mafia. Con el señalamiento, Chamorro se transformó en rata y huyó antes de que los medios pudieran cuestionarlo.

Lord Uribemort se desvaneció y atrás quedó el caos. Claudia ‘Hermione’ López intentó detenerlo blandiendo su varita mágica y lanzando el hechizo "sanguijuela de alcantarilla", pero no surtió efecto. José Obdulio se quedó atrás defendiendo "al de la mente superior" con más brujería... y al final todo quedó en ese mundo irreal de los mágicos, brujas y cíclopes del Senado Hogwarts.

Colombia, por su parte, siguió con las mismas miserias, pues quienes deben velar por el país son personajes tan absurdos como los creados por J.K Rowling.