Me encontré un artículo en la BBC sobre las peleas de grillos en la China. Sí, esos ortópteros que en las noches cálidas de algunas regiones cantan para atraer a las hembras, son unos fieros guerreros hasta la muerte. "Nunca reconocen la derrota, tienen un espíritu luchador", dice Man Zhiguo, entrenador de grillos que participó en el reciente Campeonato Nacional de Lucha de Grillos que se realizó en Pekín (China).
Esta actividad data del año 750 a.C., y las reglas con las que los dos insectos pelean son del siglo XIII. Los chinos los entrenan, los miman y alimentan con una dieta especial, los bautizan (Colmillo Rojo, Pata Negra...), los pesan como a los boxeadores, los instigan a pelear, apuestan y hasta los lloran cuando muere un favorito. Un grillo de pelea puede costar hasta 3 millones 200 mil pesos.
Leí la nota de cabo a rabo a la espera de que mencionaran a los animalistas protestando a las afueras del recinto donde se realizó la actividad. Que alguno se metiera en el pesaje para sabotearlo, que se disfrazaran de Chapulín Colorado y se acostaran en las calles para denunciar la mortandad de grillitos luchadores en el mundo. Que Yina Calderón, la exProtagonista de Nuestra Tele saliera en defensa de las grillas... cosas por el estilo.
Pero nada. A los amigos de los animales parece que poco les interesan los insectos, a pesar de que ellos también son seres vivos. No los veo protestar por las hormigas culonas que se comen en Santander y que son echadas vivas en una paila hasta que estén crujientes. Tampoco por el exterminio sistematizado del que viene siendo víctima el Aedes aegypti, mosquito que transmite el Chinkunguña. Ni siquiera a la senadora María Fernando Cabal por el matoneo que sufre cada vez que hace algún comentario que la hace ver como insecto.
Si se van a lanzar al ruedo del animalismo, háganlo. Pero háganlo con ganas. Nada de que solo vamos a protestar y a amenazar a los taurinos. Protéstenle a los productores de insecticida por las masacres de cucarachas, moscas y zancudos que han promovido por todo el mundo. Contra el champú antipiojos que promueven desde el preescolar. Las polillitas también tienen crías que quedan huérfanas por culpa de la nefasta naftalina. Y háganle un plantón a los de la Federación Nacional de Cafeteros, pues la broca también tiene derechos... según ustedes.
Pero si se van a limitar a los mamíferos (reses, equinos, perros, ballenas, delfines, gorilas de lomo plateado, zorros y manatís, por ejemplo), creo que hay un acto claro de discriminación animal. ¿Vale más la vida de un elefante asiático que la de una nigua salamineña, por el solo hecho de ser más grande y mamar? ¿Acaso no proclaman el respeto por la vida de todos los seres?
He leído textos -desde el derecho natural de Justiniano I, hasta las cuestionables opiniones de Ingrid Newkirk, presidenta de PETA; pasando por los puntos de vista de John Locke, Arthur Schopenhauer y René Descartes- y he llegado a una conclusión: a los animales se les cuida dependiendo del momento histórico que se vive y de la conveniencia política que tenga. O sea, depende del marrano. Si los cerdos salvajes que se cazaban y consumían en Oriente Medio enfermaban a más de uno de Cisticercosis, pues hagamos una ley que prohíba su consumo, como queda registrado en la Torá o el Corán.
Si hoy en día es popular defender a los toros (a pesar de que mueren más reses en el matadero, que probablemente fueron criadas en peores condiciones que los toros de lidia), pues hagámoslo y recojamos votos. Y por ahí derecho jodamos a los esquimales que matan a las foquitas -tan tiernas ellas- pero que ese grupo étnico desaparezca y se muera de hambre porque en el Polo Norte solo tienen esa limitada opción de comida.
Aquí lo que vale es el respeto. Tanto a las especies, como a las minorías, como las ceremonias, a los ritos y a los gustos. Si lo que les molesta es el espectáculo taurino -esa cruel lidia al toro- pues no vayan a la plaza. Protesten si quieren, pero no entren al edificio, mucho menos saltar a la arena como lo hicieron el domingo pasado acá en Manizales. Ese acto de fanatismo es similar a los que se inmolan en nombre de Alá en un centro comercial. Quieren ser mártires, cuando lo único que hacen es molestar y perder el respeto por sus ideales. En eso hasta los grillos tienen más clase.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015