Con motivo del Día de la Tierra, los representantes de 171 países se reunieron ayer en la sede de la ONU para firmar el Acuerdo de París (COP21), documento en el que las naciones se comprometen a luchar contra el calentamiento global y buscar alternativas diferentes a los combustibles fósiles para generar energía.
La firma de este pacto, sin embargo, no es prenda de garantía de que lo allí aprobado se vaya a ejecutar. Juan Manuel Santos, por ejemplo, fue uno de los primeros en dejar su rúbrica en el documento, sin embargo su gobierno ha hecho poco por la preservación del medio ambiente. En el 2015, el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) publicó un informe en el que señalan que en el 2014 aumentó la deforestación en un 16% en todo el país. Y si no es por el escándalo que armaron los medios de comunicación, hoy la petrolera Hupecol estaría perforando la Sierra de La Macarena y excavando por los lados de Caño Cristales.
En el modelo actual de los países, la ecología depende directamente de la economía. Si se necesita dinero, pues a producir; si hay que acabar con algunos recursos naturales, pues vengan, que las maticas crecen... y así vamos contaminando, depredando y acabando con ellos y con nosotros mismos. El sistema, obviamente, falla.
El indio Satish Kumar, editor de la publicación Resurgence/The Ecologist, y director de los programas de estudios ecológicos del Schumacher College (Inglaterra), señala que la ecología y la economía deben entenderse por el bien de la humanidad. "Conviene recordar que las dos palabras tienen la misma raíz en griego: “oikos”, que significa casa. La casa, en este caso, es el planeta. Y está claro que necesitamos conocerlo a fondo... De ahí viene Eco-logía, de “logos”, conocimiento. Eco-nomía viene de “nomos”, que significa “gestión”. Luego las dos están indisolublemente unidas.
Tenemos que dejar cuanto antes atrás esta versión reduccionista de la economía que se ha impuesto en las últimas décadas. ¿Cómo puede funcionar la Economía si se deja de lado la Ecología? O lo que es lo mismo: ¿Cómo queremos gestionar una casa si antes no la conocemos? Hay que volver a la raíz, y recuperar de entrada la noción de la economía clásica, que al menos reconocía los tres elementos: Tierra, Trabajo y Capital. Pero en última instancia habrá que admitir que la Economía tiene que ser subsidiaria de la Ecología. Es puro sentido común: el conocimiento viene antes que la gestión. Y lo que ha ocurrido en los últimos años es fruto tanto de la avaricia como de la ignorancia. La gente que dirige la economía no conoce realmente lo que está gestionando", dijo Kumar en entrevista para mundonuevo.cl (http://bit.ly/1VqXqld).
Pero en Colombia tenemos la casa en desorden y a quienes nombran para organizarla son unos petardos. Llegan por rosca, por palanca o por presiones políticas de los partidos. En Hacienda está Mauricio Cárdenas, involucrado en el escándalo de Dragacol que le costó al país 1,2 billones de pesos, también en el de la Refinería de Cartagena que, según varios medios, el desfalco ronda los 6,5 billones.
Y en Medio Ambiente tenemos a Gabriel Vallejo, al que seguramente Santos nombró por asociación: es la cartera de la fauna y la flora, pues nombremos a un tronco. Es "uno de los más incompetentes en su cargo, permitiendo la explotación minera de fuentes hídricas como los páramos y de maravillas naturales únicas en el mundo como Caño Cristales", registra el perfil de este personaje en Wikipedia.
La ecología no es cosa de activistas radicales, ni animalistas que quieren humanizar cuanta criatura ven. Tampoco es gastar en maticas ornamentales como lo creen algunos mandatarios regionales. Ecología es, como lo afirma Kumar, conocer la casa. En el caso local, es proteger cuencas y montañas. Tumbar monte no es desarrollo, como ocurre con Monte León y otras reservas. Eso es desproteger los avances que ya se tienen, es desmejorar el entorno y la calidad de vida de quienes habitamos la ciudad.
Invertir en ecología es invertir en el futuro, pero aquí - en Manizales - creemos que el futuro está en levantar edificios altos por todo lado, haciendo de las avenidas unos cañones donde se encierra el calor y la contaminación. O el privilegiar con una hermosa vista de las montañas a los pocos habitantes de una torre, pero privar del paisaje al resto de ciudadanos. Ecología también es compartir.
Sin embargo, cuando hay plata de constructores amigos de por medio, o de grandes corporaciones con intereses en invertir en el país a cambio de sacrificar el medio ambiente, la casa se pone patas arriba.
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