Vino un turista extranjero a Manizales y lo llevé de tour por la ciudad. Venía de Estados Unidos, hacía escala en Bogotá y después a Manizales. Me tocó recogerlo en la Terminal de Los Cámbulos, porque el vuelo al aeropuerto La Nubia lo cancelaron. Tampoco aterrizó en Pereira por mal tiempo, entonces tuvo la oportunidad de conocer el aeropuerto El Edén de Armenia. Lo primero que me dijo es que de haberlo sabido, hubiera comprado el tiquete Nueva York - Armenia que era más barato. "Así son las cosas aquí, nunca sabe cómo van a terminar", le dije.
Saliendo de Los Cámbulos el turista tuvo tiempo de contarme sobre sus primeras impresiones de Colombia. Sobre su viaje por tierra entre la capital del Quindío y Manizales. "Esa avenida es muy agradable y pintoresca", me dijo. Le pregunté sobre qué avenida hablaba, y me dijo que la que comunicaba a Armenia con nuestra ciudad. "¡Ah! Se refiere a la Autopista del Café", le dije. "¿Autopista?", señaló contrariado. "Así son las cosas aquí. Dos carriles por donde se pueda andar a más de 60 kilómetros por hora (kph) por al menos 2 kilómetros, ya son una autopista para nosotros", le dije.
"Pero bueno, su Autopista del Café ya pronto la van a terminar. Solo faltan unos tramos entre Pereira y Manizales. ¿Ya saben cuándo es la inauguración?", señaló el gringo. "Esa la inauguraron hace años. Así son las cosas aquí, inauguramos cosas sin terminar. Espere a ver nuestra Avenida Colón para que quede de ojo volado", le dije.
Lo paseé por la ciudad. Le mostré nuestra imponente catedral de estilo neogótico. "¿Y cuándo la terminan?", preguntó el extranjero, mientras señalaba las franjas de hormigón sin pulir y unos alambres que salían de la estructura. "La terminaron en 1939", le conté. "¿Así son las cosas aquí?", cuestionó y yo asentí con la cabeza.
Lo llevé a la Torre del Cable de Herveo. Admirado por la estructura y por la historia de que en su momento fue el cable aéreo más largo del mundo, pues conectaba nuestra ciudad con Mariquita, y que ayudó al desarrollo de esta región, me preguntó si ahora teníamos un sistema más moderno. "No. El Cable lo desmontaron en 1966 para darle paso a las tractomulas y a los viajes eternos por nuestras angostas carreteras".
El turista no podía entender cómo un sistema eficiente, amable con el medio ambiente, símbolo de una región, del desarrollo y de la innovación, lo acabaron. "Nos creímos el cuento de que los camiones eran más eficientes, y ahora no nos podemos liberar del problema. Así son las cosas aquí".
Estando en ese sector, le mostré la estación de Cable aéreo que comunicaba con Los Yarumos. "Nuestro elefante blanco. Fue el capricho de un Alcalde". El foráneo expuso que el ecoparque podría ser la primera estación de un sistema de cable que sirva a ese sector de la ciudad y que vaya hasta La Cumbre. Quizá un poco más allá. "Lo siento. Aquí esa clase de planeación viene de los empresarios de buses y taxis, no de la Alcaldía, y no creo que les guste un sistema que les quite clientes. Si ellos quieren meter más rutas, lo hacen. Más vehículos, también. Y si las autoridades quieren poner un poco de orden, ellos bloquean calles y amenazan con hacer colapsar la ciudad. Ya pasó una vez. Así son las cosas aquí", argumenté.
Estando en Chipre fuimos al Monumento a Los Colonizadores, obra a la que también le faltan partes y que inauguraron sin terminar y sin ser como originalmente estaba planeada. Desde allí le mostré nuestro paisaje. "¿Y ese plan que hay allá?". "Eso es Aerocafé, una obra faraónica de $400 mil millones, y que a pesar de tener más de una docena de estudios parece que nadie confía en ella. Allá al parecer los únicos aviones que han aterrizado han sido unos que no han querido decir dónde se han invertido (o enterrado) los $180 mil millones que hasta hoy han destinado para ese trabajo. Eso ahora está en manos de nuestros representantes, que buscarán que el presidente cumpla y nos desembolse al menos $150 mil millones para continuar".
El turista se puso colorado. "Pero, ¿por qué está en manos de esas personas? ¿Acaso el Congreso y el Senado no son las instituciones más desprestigiadas del país? ¿Llena de corruptos y pillos? ¿Acaso no temen que parte de ese dinero se pierda, se desvíe para otros intereses, que sirva para favores políticos y el proyecto se burocratice más?", alegó.
Abrí la puerta del carro, le di mil pesos al casi invidente que estaba "cuidando" esa zona azul, y lo único que atiné a decir es: "Porque así son las cosas aquí".
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