Con mucha inquietud, llegando a los límites de la desesperación, pasan los días y no se ve por ninguna parte una luz de esperanza que con argumentos bien cimentados haga realidad las múltiples promesas que nos hace el presidente, aprovechando los medios que en su gran mayoría se le han entregado, para lavarnos el cerebro con aquello de que falta muy poco para firmar el tan mentado convenio de la paz.
Las encuestas siguen reflejando unos resultados desastrosos en cuanto a la credibilidad del gobierno de Santos. Y lo peor es que sigue tomando medidas llenas de errores, que producen resultados adversos a lo que se pretende.
Démosle una mirada al remezón de ministros que acaba de efectuar, cambiando seis de ellos, adicionado con la renuncia que solicitó a siete otros funcionarios de alto turmequé, que por lo menos sabían el camino a seguir tanto en sus funciones de trabajo político como en sus labores propias, y con contadas pero notables excepciones, estaban produciendo resultados. Además de este freno en lo práctico, a muy pocos partidos políticos les gustaron los nuevos personajes escogidos, lo que con la burundanga que estamos viviendo se le ha venido encima una avalancha de rechazos, que nos puede asegurar que si se hace otra encuesta, los resultados estarán muy parecidos a los de la señora Rousseff, que ya no tiene de dónde colgarse para no darse un tremendo zopetón.
Parece que al Dr. Santos con su terquedad todo parece pasarle por encima, y sigue obnubilado con su bendito Premio Nobel de la Paz, hablando con facinerosos que desde Timochenko hasta el más sanguinario de ellos, el tal "paisa", quienes en su estrategia pretenden gozar de sus incalculables fortunas, cuyo monto se calcula en más de 11.000 millones de dólares.
Es imposible que el gobierno no se haya dado cuenta de esta aberrante situación, y solo a raíz de una infidencia del Director de Unidad Financiera del Estado, venga ahora a decir que se hará todo lo posible para encontrar las caletas donde la tienen escondida. Porque por más dinero fugado que tengan los colombianos, esa suma no la alcanzan sino las mafias internacionales entre las cuales se encuentran los nuevos ricos del paseo.
Las conversaciones de Paz han podido ser lo más brillante y beneficioso que nos sucediera, pero solo nos traen decepciones, y si la mayoría está en desacuerdo con la forma como se están manejando, indefectiblemente es porque las cosas no se están haciendo como debieran. A pesar del sambenito de los santistas pregonando que todo aquel que critique lo mal que nos está yendo en tan delicado tema, de inmediato se convierte en un enemigo de la paz.
Colombia entera anhela que algún día, ojalá muy próximo, tengamos un mandatario que sin pensar tanto en sus propios honores sea capaz de enfrentarse con coraje a las hordas de mafiosos que tanto nos han azotado.
Nota: En el remezón ministerial se nos cambió al ministro Vallejo por el exalcalde Rojas. El ministro del Medio Ambiente hizo su tarea discreta pero eficientemente, y corrió con la buena suerte de retirarse a tiempo, porque el panorama se estaba oscureciendo y vienen horas difíciles para este Ministerio.
Al nuevo ministro de Transporte se le reconoce que en su labor como alcalde dejó una buena huella y contamos con él para que todos los proyectos que permanecen estancados, entre ellos Aerocafé, puedan contar con un impulso y tener este medio vital de transporte. Éxitos ministro, y cuente con nuestra colaboración.
P.D.: Uno siempre debe estar enamorado, esa es la mejor razón por la que uno nunca debe casarse.
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