El escándalo más vergonzoso de las últimas décadas es el que se acaba de dar a conocer sobre la gigantesca corrupción que ha rodeado el funcionamiento de la FIFA en los países donde este organismo supramundial ha extendido sus tentáculos. Esto se vislumbraba desde hace años, pero se mantenía astutamente cubierto por montañas de dólares que servían para tapar toda clase de trapisondas que no dejaban reventar la olla de podredumbre en esa organización.
Pero como nada queda sin conocerse, quien sabe a cuál de los pillos no se le dio la participación que consideraba justa para no denunciar semejante bomba putrefacta, y estalló develando en su explosión las identidades de decenas de personajes que se creía eran unos dechados de honestidad y de amor por el deporte.
Por ahora solo se está comenzando a conocer la cabeza de la serpiente, pero todo indica que hasta importantes dirigentes de nuestro país estarían untados hasta el cuello en los negociados. ¡Qué mal ejemplo para una juventud que vive rodeada de toda clase de peligros!
Siempre hemos creído que para ladrones y serrucheros no nos ganaba nadie a los colombianos, y que los Moreno y los Lule no se dejaban quitar el primer lugar en bellaquerías, dirigidos por la sagacidad de expertos en licitaciones quienes sin temblarles la mano ya tenían las amarras listas para apropiarse de las adjudicaciones, sin riesgo de perder ni un solo negocio. Estábamos equivocados, pues siempre hay alguien que nos gana en estos asuntos de la corrupción.
Pero como no todo ha de ser que la plata mande, también han aparecido hechos muy poco claros que confirman la poca honestidad que nos rodea. Además de las violaciones de la justicia, la politiquería del poco gustador señor Montealegre, fiscal general de la Nación, personaje conocido de autos, quien desde su tenebroso búnker ha sido capaz de enlodar el prestigio de todo aquel que se le cruce por el camino, incluyendo prestigiosas periodistas, armando maquinarias vengadoras con las que ha atacado sin vergüenza a miembros del anterior gobierno que cumplieron con honestidad su labor en los altos cargos que desempeñaron.
Ahora vemos como sin haber sido juzgados se encuentran detenidos en las cárceles, pagando condenas por faltas que solo se cometieron en la mente deschavetada del moderno Duce, quien ejecuta estas injusticias con el solo fin de vengarse del presidente Uribe, sin tomarse la molestia de confirmar las falsas denuncias de una manada de hampones que han conformado el cartel de los "falsos testigos", cuyos fines solo le han servido para cometer iniquidades por doquier.
Claro que también tenemos que resaltar al próximo nuevo presidente del Polo Democrático, benemérito Iván Cepeda, quien aprovecha cualquier banquito para subirse y ladrarle a la luna, creyéndose portador de la verdad revelada. Permanentemente calumnia y ataca a sus opositores, violando el principio de honestidad que como congresista debería tener como meta, sin caer en cuenta que la mayoría rechaza a individuos de su calaña, que solo reciben despreciables respaldos electoreros de sus mismos congéneres.
La lista se haría interminable, y enfrentarlos produce temor, pues se corre el riesgo de ser amenazado por quienes deberían, por el contrario, ser ejemplo para una juventud que no conoce sino violencia y malos procederes.
P.D.: La ignorancia es temporal, la estupidez es para siempre.
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