Esta semana ha sido excepcionalmente movida, lo que da la oportunidad de comentar una buena cantidad de acontecimientos que van de extremo a extremo, demostrando que por las buenas o por las malas, siempre vivimos en un país que no se parece en nada a esos pedazos de tierra nórdicos, donde sus habitantes viven la aburridora modorra de acostarse antes de las cinco de la tarde y levantarse cuando comienza a salir el sol a eso de las nueve de la mañana.
Haré un breve resumen de algunos acontecimientos que nos han hecho coger la cabeza con las dos manos, para demostrar que no estoy equivocado.
- Comencemos por la tragicomedia de lo sucedido en la oficina de la Defensoría del Pueblo. El escándalo que se formó con los amores furtivos del defensor, doctor Otálora, y su mano derecha, Astrid Cristancho, y cuyo fin está lejano. Es digno de las mejores novelas de la picaresca universal. Un personaje cuyo deber desde la posición a la que fue exaltado por la Cámara de Representantes, termina acusado de acoso sexual por su secretaria, o al menos eso es lo que ella dice, violando los códigos de ética a los que, más que nadie, está obligado a cumplir. Pero como somos un país que se fija más en las cosas nimias que en la gravedad de los hechos, pasará muy poco tiempo antes que este bochornoso asunto se olvide, y nadie volverá a mencionar la falta de ética de este personaje, ni de quienes lo pusieron en ese alto cargo.
- Pero este no es el único hecho repudiable de los últimos días. Ya en la Fiscalía se había destapado un escándalo más vergonzoso, si se quiere, porque también los enredos poco claros estarían al orden del día, adicionados con jugosísimos contratos que firmó Montealegre con una apreciada dama, y cuyo monto asciende a muchos millones de pesos, que según dicen los que saben, no tenían el menor mérito.
- Sigamos con el proceso de paz del presidente. Los jefes bandoleros, Catatumbo y Márquez, dieron unas declaraciones tan desvergonzadas que dan ganas de llorar. Tratando de evitar usar algo de la inmensa fortuna que han conseguido de manera sucia y criminal para resarcir en algo a las miles de víctimas que sufren abandonadas en los campos y los suburbios de las ciudades, sin temblarles la voz y sin sonrojarse, dijeron que las Farc no tenían ninguna clase de riqueza y que prácticamente tenían que vivir de limosna. De inmediato el Gobierno de Costa Rica, al que sí se le puede creer, informó de las mansiones y haciendas que poseen en ese país las tenebrosas bandas, de lo que ya en Colombia estamos enterados, y cuyo valor según los primeros cálculos asciende a más de dos mil millones de dólares. Como lo comentó el mismo Santos, la Pobre Viejecita de Rafael Pombo se quedó en palotes ante estos farsantes. Y eso que faltan por encontrar las guacas que tan bien escondidas tienen a lo largo del país, y cuyo valor en dólares sin duda alcanzaría para darle comida y techo a los cientos de miles de víctimas a quienes tanto daño han hecho.
También negaron desde La Habana que las Farc fueran narcotraficantes, cuando el mundo entero los tiene en las listas rojas, y los gringos los mantienen entre cejas, no propiamente porque exporten café con leche.
- Y para finalizar, la Procuraduría abrió investigación por acoso sexual al general Palomino, comandante de la Policía. Aunque pensamos que este alto oficial es inocente, tendremos que esperar el fallo de la justicia, lo que nos mantendrá por bastante tiempo en la cuerda floja.
El que quiera más, que le piquen caña.
P.D.: Yo siempre hago ejercicio en el campo de golf. Cuando veo que un amigo se desmaya, salgo corriendo por ayuda médica.
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