Por supuesto que los diálogos de La Habana nos tienen pensativos. Y lo que veo desde allí es que los colombianos tenemos el deber de construir condiciones de posibilidad para observarnos y mirar cómo narramos y construimos escenarios de paz en todos los rincones de nuestro país. Desde hace varios años, con el Cinde y la Universidad de Manizales hemos venido aprovechando el trabajo que se adelanta con los niños, niñas y jóvenes como constructores de paz y creando con ellos escenarios de paz. Esto ha sido una ruta importante para nosotros.
Yo creo que los diálogos de La Habana no son más que un pretexto de Santos y Farc; y me parece que si queremos podemos pensar más bien que el texto está en cómo no dañamos el paradero de busetas, o en cómo no le tiramos el carro a los peatones, y respetamos el espacio público; el texto está en cómo no hacemos y fomentamos violencias simbólicas con los estudiantes… o con los profesores.
El texto de la paz no nos habla de una paz perfecta. El problema de las guerras no es un asunto exclusivo de armas. Creo que es más difícil combatir las violencias simbólicas que las violencias armadas. Con estas violencias que hemos ido creando, tan excluyentes, es muy común señalar a alguien que está hablando diciéndole “se le salió el indio”; o si queremos satanizar a otros le decimos de manera sarcástica “sí doctor.”
Con el lanzamiento de la Cátedra de la Paz en la Universidad de Manizales estamos iniciando una conversación con la que queremos aprender a narrar cómo construir un país en el que quepamos todos. De hecho, sabemos que este país que hemos construido es un país fundamentalmente desigual, que la distancia entre los que más tienen y los que menos tienen es cada vez más amplia. Y mi prejuicio es que la base de todo lo que sufrimos hoy en día guarda estrecha relación con la exclusión que, además, es notoria en el crecimiento de la economía informal, y ésta lo único que realmente deja es una mayor desigualdad. Esto tiene que ver con la muerte de la ética del empleo, con esas mutaciones de la teoría del trabajo y de las opciones de trabajo en las que no se ven emergencias ni rutas claras para que los marginados mejoren su calidad de vida.
Reitero que el problema de la paz no debe centrarse en el asunto de las armas. Quiero insistir en que el texto está en comprender para qué nos reunimos y sobre qué vamos a conversar. Surge la pregunta obligada de si nos reunimos para construir algo distinto o si lo hacemos para disociar, para dislocar, para fracturar las posibilidades que se presentan con una idea de lo solidario, con una idea de la hospitalidad, con una idea del reconocimiento de los demás, del amor con los otros y para los otros.
Es cierto, no es fácil hacer país, quizás lo sea describirlo geográficamente, incluso hasta políticamente; pero construirlo implica que cada uno de nosotros entendamos que somos autores de nuestra propia ciudadanía y que con ésta se hace país, y se hace cuando actuamos como sujetos responsables y justos, incluyentes y amorosos.
La Cátedra de la Paz es una invitación expresa para que nos demos la oportunidad de pensarnos y de observarnos, y que así notemos que podemos ser distintos cuando reconocemos que lesionamos a los demás con nuestras palabras o nuestros silencios. Es fundamental que eliminemos este tipo de desigualdades y que aprendamos a construir posibilidades para que más de la mitad de los millares de colombianos que están por fuera de la sombrilla puedan ingresar y hagamos un país en el que quepamos todos. Debemos construir el país que todos nos merecemos, y que mañana no se levanten nuestros hijos y nos reclamen por no haber hecho nada para transformarlo.
En este sentido, estoy convencido de que la educación debe seguir con una muy clara intención de paz.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015