Es cierto que la economía está en su mejor momento, como lo reitera el señor Presidente. Todos los indicativos macroeconómicos así lo indican. De acuerdo con estos informes, el gobierno obra, lo traduce e incorpora en el plan de desarrollo. Los cuantifica y si su cierre financiero es deficitario como es el caso actual, lo obliga a solicitar al Congreso mantener impuestos que fenecerían este año y también aumentar el endeudamiento del país buscando los recursos faltantes, ya sea en los mercados internos y externos.
La presentación con las cifras macroeconómicas aludidas, sin la información del crecimiento de la deuda, hace que el ministro de Hacienda diga que Colombia, ya es el tercer país de América latina, desbancando a la Argentina.
Pero existe otra situación no expuesta, que es necesario estudiar con cuidado, es la actividad del comercio internacional del país y que exige una acción del gobierno conjuntamente con el sector privado en forma inmediata.
Colombia viene acumulando un déficit de enero a mayo de 2014 por US$1.134,5 millones. Este es un acumulado negativo que puede seguir aumentándose, y que no se veía desde el año 1998. Estas cifras son dadas por el DANE hasta mayo, pero lo peor es que el Banco de la República en su informe al Congreso dice que el déficit comercial de bienes es de US$3.151 millones al 25 de julio pasado.
El caso con Estados Unidos donde se tiene un déficit de US$1.445,9 millones de enero a mayo de 2014, según el DANE, por sus dimensiones e importancia política es digno de consideraciones. Colombia exporta a este país petróleo, carbón, café, flores y una pequeña serie de menudencias.
Las exportaciones totales de petróleo suman unos US$35 mil millones anuales, un 70% aproximado del total, siempre que el precio internacional no rebaje de US$ 100 por barril, hoy incierto. Los Estados Unidos han descubierto inmensas cantidades de petróleo y gas ya en extracción, que lo hará el mayor exportador del mundo, hasta hoy ha sido importador y comprador del petróleo colombiano. Ya en el último año rebajó las compras petroleras de nuestro país en un 20%.
El panorama latinoamericano se está activando con la participación de países de mejores condiciones que Colombia.
México está entrando con fuerza al negocio petrolero. Es un país atractivo para este. Brasil con Petrobrás, ha descubierto importantes yacimientos que lo harán en el corto plazo campeones en este mercado. Noticias que predicen una rebaja de los pecios. Si esto se lleva a cabo, lo cual es muy probable, afecta a Ecopetrol, azotado día y noche por la guerrilla, que no ha podido encontrar yacimientos importantes y que prácticamente no tiene reservas. Un panorama preocupante para Colombia.
Las exportaciones de petróleo constituyen la columna vertebral para las finanzas colombianas. Su monto ya mencionado es irremplazable y un declive de sus ingresos, ya sea por precios o por baja de producción, hace daños grandes en toda la estructura económica y destruye los indicativos del desarrollo nacional, que hoy enorgullecen al ministro de Hacienda, porque ya el país no será la tercera potencia latinoamericana.
A la vista no hay nada en el territorio nacional que remplace el petróleo. Los productos que le siguen a los US$ 35 mil millones de exportaciones petroleras, el café alcanza máximo US$2.000 millones, las flores y banano un poco menos cada uno, en muy poco lo sustituyen. El gobierno dice que la agricultura, pero su nivel de atraso es tal, que necesitan grandes investigaciones incluyendo las transgénicas, y así solo la veríamos competitiva en unos quince años.
Lo único visible para estos efectos sería la industria, hoy en postración. Postración parecida a la de los años cuarenta y cincuenta. Cuando solo contaba e imperaba el café como único producto de exportación y generador de divisas.
En ese entonces el presidente Carlos Lleras Restrepo tenía la obsesión de impulsar exportaciones adicionales, pensado en la industria aunque débil para afrontar este reto. Consciente de esta debilidad, el doctor Lleras conjuntamente con el apoyo de la Andi de entonces, logró que el Banco Mundial otorgara a Colombia un préstamo suficiente para renovar el parque industrial del país, con un plazo de quince a veinte años e intereses bajos, que se le trasladará a las industrias nacionales con perentorios compromisos de exportación. Así nació el plan Vallejo inventado por el ministro Joaquín Vallejo.
Con este impulso la industria empezó a conocer los mercados externos y estuvo entre los mayores componentes de PIB hasta hace unos quince años.
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