Dos de los temas centrales para el próximo cuatrienio son la innovación y el emprendimiento, y la educación. Fedesarrollo, dentro del marco de los debates presidenciales, publicó 3 estudios en estos temas; Innovación y Emprendimiento en Colombia: Balance, Perspectivas y Recomendaciones de Política, 2014-2018 escrito por Hernando José Gómez y Daniel Mitchell; Propuestas para el mejoramiento de la calidad de la educación preescolar, básica y media en Colombia, escrito por Sandra García, Darío Maldonado y Catherine Rodríguez; y Diagnóstico y recomendaciones para la atención de calidad a la primera infancia en Colombia, escrito por Raquel Bernal. Muchos de los temas de los tres documentos pueden ayudar a pensar en innovación y emprendimiento educativo. ¿Cómo mejorar la calidad y cobertura de educación?

Los resultados en pruebas internacionales y el desempeño deficiente de muchos estudiantes en el mercado laboral una vez completan sus estudios, son testimonio de que hay que hacer cosas de manera diferente si se quieren tener resultados diferentes. Hay que innovar en la forma en la que se educa. Esa innovación debe darse en el sector público, pero también puede ser el resultado de emprendimiento privado. Parece que los debates en educación se han limitado a lo que se debe hacer diferente en el sector público y no han reconocido el potencial que existe en la innovación y el emprendimiento privado.

Sin embargo, hay muchos ejemplos de innovación y emprendimiento educativo. Mencionaré tres: los colegios en concesión, Enseña por Colombia, y los ejemplos de fundadores de centros educativos privados. Empezaré por el último. Muchos de los grandes centros educativos, colegios y universidades, empezaron siendo emprendimientos educativos de personas que tenían una visión de lo que debía ser la educación y tenían la perseverancia y el empuje para empezar un nuevo proyecto. Muchos empezaron siendo lo que hoy despectivamente llaman colegios o universidades "de garaje." Ofrecieron algo nuevo, mostraron resultados y empezaron a crecer. Puede ser el caso de la Universidad de los Andes en Bogotá y de muchos colegios. Esta semana, con la muerte de su fundadora y rectora, Marta Rincón, recordé el caso ejemplar del Colegio Bilingüe Buckingham, fundado por Marta Rincón en 1983 con 28 estudiantes y hoy dentro de los mejores colegios bilingües de Bogotá y del país y con cientos de estudiantes y exalumnos. Muchos de los colegios que hoy clasifican dentro de los mejores, fueron el fruto de visionarios emprendedores por la educación como Marta Rincón.

El segundo ejemplo de innovación y emprendimiento educativo que quiero destacar es Enseña por Colombia, fundado en 2010 por Luis Enrique García de Brigard, Jorge Mahecha y Pablo Jaramillo adaptando el modelo de Teach for All. Enseña por Colombia selecciona y capacita a profesionales que son luego asignados a colegios donde pueden tener un alto impacto en la reducción de la desigualdad en educación. El modelo de Enseña por Colombia, en sí mismo innovador, promueve la innovación y la experimentación al interior de los salones de clase y el descubrimiento de lo que funciona en educación para gente de diferentes regiones y diferentes historias. Hoy Enseña por Colombia cuenta con un equipo comprometido y una red de profesionales que le están inyectando capital humano y nuevas ideas al sistema educativo marcando la diferencia para cientos de estudiantes.

Finalmente, el modelo de colegios en concesión, que ha sido demostradamente exitoso en Colombia y en otros países, ayuda a trasladar saber-hacer del sector privado hacia el sector público. Los colegios en concesión, públicos pero administrados y gestionados por entidades privadas con experiencia en el sector de la educación, han mostrado resultados positivos en términos de calidad educativa. A pesar del éxito y beneficios para los estudiantes y sus familias, el modelo de colegios en concesión en Bogotá ha sido cuestionado, aparentemente por razones ideológicas que no conciben este rol para el sector privado en la provisión de servicios públicos.

Los retos en educación no son pocos. Los retos para transformar el aparato productivo y poner a Colombia en la senda del crecimiento sostenido también son múltiples. Se necesita experimentar con soluciones, ensayar alternativas nuevas. Con demasiada frecuencia buscamos soluciones estandarizadas e impuestas desde el centro y desde arriba. Se necesita más de abajo hacia arriba. La iniciativa privada de cientos de emprendedores con ideas innovadoras, deben ser el motor de estos cambios y de esta experimentación, acompañados de políticas públicas flexibles.