Los días lunes y martes de esta semana se realizó un interesante debate en el Concejo de Manizales, denominado "Mentiras y verdades del Aeropuerto del Café". En dicho debate pudimos oír las diferentes posiciones que existen con respecto al proyecto regional más importante de los últimos años, y conocer algunos informes que se han entregado a las instancias nacionales, desde donde seguimos esperando que se cumplan las promesas que nos han hecho, y que han resultado ser solo vagos argumentos de campañas políticas.

Encontrar que una institución como el Concejo de Manizales le dedique tiempo, y se entregue a debatir ampliamente sobre un proyecto de vital importancia es muy halagüeño, y merece el reconocimiento de la ciudadanía. Pero, además de esto, resulta oportuno que se quieran destapar las mentiras que se han dicho sobre Aerocafé provenientes, en su gran mayoría, de los actores que manejaron esta empresa durante los primeros 25 años.

Gracias a la invitación del H. Concejo pudimos participar en las sesiones mencionadas. Allí dejamos plasmado que, antes de continuar con la ilusión del Aeropuerto del Café debemos remitirnos a su historia para determinar quiénes fueron los verdaderos culpables de las fallas, errores, despilfarros y decisiones erróneas que se adoptaron en principio y que lo llevaron a los serios problemas que hoy afronta. Y no propiamente porque hallando los culpables de la debacle, ésta se vaya a solucionar. ¡No! Sino porque la mano siniestra de quienes manejaron el proyecto durante los primeros lustros se cierne nuevamente sobre Aerocafé, y lo tenemos que evitar a toda costa.

Se trata de Gilberto Saffón Arango (Presidente sempiterno de la Corporación Aeropuerto de Palestina CAP); Felipe Calderón Uribe (miembro de la junta directiva de la CAP durante muchos años); la Cámara de Comercio de Manizales (dominada durante decenios por los mismos personajes, y miembro de junta directiva de la CAP en todo el tiempo de existencia). ¿Y por qué ellos? ¿Será que me estoy obnubilando con estos nombres y mi imaginación me lleva a delirar? Veamos:

Se creó una nueva organización denominada "Comité de Observación para la Infraestructura de Caldas", COIC, la cual reclama su participación en los más importantes proyectos departamentales (entre ellos Aerocafé), con el supuesto objetivo de hacer seguimiento a las obras que se ejecutan en Caldas. Esta es una iniciativa del Comité Intergremial, la Cámara de Comercio de Manizales y Camacol. En la práctica entonces, quienes hoy reclaman nuevamente protagonismo en los más importantes proyectos de Caldas, son los mismos que sobradamente han demostrado su ineficiencia, ineptitud, mediocridad e irresponsabilidad. Porque, ¿quién es el Comité Intergremial, si no Gilberto Saffón Arango? ¿Quién Camacol, si no Felipe Calderón Uribe? ¿Quién la Cámara de Comercio, si no los mismos que dominan su junta por delegación del Gobierno Nacional?

Esto no es casual entonces. Es otra trampa que nos están poniendo a los caldenses dibujada sobre la creación de una nueva entidad gremial, conformada por los mismos de siempre, para cubrir la nefasta participación de unos pocos que se han arrogado el derecho de dominar nuestros grandes proyectos, figurar como grandes promotores de obras, ganar poder e injerencia política y, al final, dejarlos empobrecidos, destruidos, maltrechos y moribundos, sin asumir ninguna responsabilidad.

Aerocafé no puede seguir siendo solo una ilusión. Es el proyecto de desarrollo que definirá nuestro futuro y que nos abrirá una nueva visión ante el mundo. Pero si lo queremos sacar adelante tenemos que evitar que quienes han fracasado sistemáticamente en él y que, además, se han enriquecido política, social y económicamente por su conducto, sigan teniendo injerencia en el proyecto. Es hora de arrebatárselo a esas manos ominosas que lo han ensombrecido; es hora de poner los pies sobre la tierra y rodearlo de personas con verdadera capacidad de gestión y con voluntad de enriquecer una región y no solo unos pocos bolsillos.

Es hora además de que la clase política del departamento se una en torno a Aerocafé y se comprometa con sus electores a sacarlo adelante, so pena de responder en un futuro por su fracaso (cosa que no han hecho los privados), o llenarse de loas y ganarse su reelección por su éxito.