Es increíble, pero lo que debería ser una buena noticia para los caldenses, se ha convertido en la peor debacle para la Corporación Cívica de Caldas: se trata del Auto 00023 de enero 22 de 2016, mediante el cual se declara la nulidad del proceso que la Contraloría General de la República le seguía a numerosas personas y empresas de la ciudad, y que en muchas ocasiones sirvió de asidero para dilatar el apoyo del Gobierno Nacional al Aeropuerto del Café.
Varias veces hemos tratado el tema en este espacio y hemos argumentado que lo que en su momento presentó la CCC fue solo una parte de la verdad, cercenada, acomodada, maquillada y sesgada, mediante la cual se involucraba a una serie de personas y entidades, salvando a otras (coincidencialmente sus aliadas o fundadoras) contra quienes realmente debería haber abiertas investigaciones, procesos y tal vez condenas. Hemos dicho y probado hasta la saciedad que la CCC tendió una cortina de humo que se llevó al traste el proyecto más ambicioso de la región, cohonestando y ocultando conductas aberrantes, dolosas, corruptas y perniciosas de sus aliados, protegidos y aportantes. Pero el éxito de sus intenciones macabras tendría que llegar a su fin, y coincidió con la salida de la contralora Morelli y su asesor Emilio Echeverri Mejía de esa entidad.
En el auto citado quedan evidenciadas las violaciones al debido proceso: defensas y argumentos omitidos; recursos desestimados; pruebas obviadas; desconocimiento de controversias; y gran número de violaciones legales que mantuvieron en vilo a una cantidad de implicados que de un momento a otro resultaron encartados en un proceso gravísimo, con sus bienes embargados, su prestigio destruido y la imposibilidad de ejercer libremente sus profesiones. Se vieron inmersos en una persecución constante por una Corporación que se saciaba en ellos y cerraba sus ojos cuando le hacíamos llegar las denuncias (ellas sí sustentadas y probadas) de otros actores que protegieron y cuidaron, pues habían salido de sus propias entrañas. Todo con la connivencia de una Contraloría General puesta a su servicio, pues en su trono se encontraban personas que, como Emilio Echeverri, ostentaba una estela de malos manejos en su administración y hacía alarde de la más desastrosa impunidad.
Hoy la CCC dice conservar la esperanza de que se reabra el proceso. La verdad, es que nosotros también la conservamos; pero esta vez que lo reabran desde sus inicios: que lo reabran desde la aprobación de estudios y diseños, compra de terrenos, estudios geológicos, catástrofes iniciales, etc. Es decir, que lo reabran desde que Gilberto Saffón Arango (quien pretende ser el garante de la transparencia) se apoderó de la presidencia de la Corporación Aeropuerto de Palestina y desde allí fue protagonista de las verdaderas responsabilidades de las que hoy nos dolemos. Y que involucren también a la Federación Nacional de Cafeteros (y con ella a Morelli y Emilio Echeverri); a la Cámara de Comercio de Manizales; a Germán Cardona, Jorge Mejía Arango, Bruno Seidel Arango, Felipe Calderón Uribe y otros personajes que hemos nombrado con insistencia durante los últimos años. Porque de no ser así, lo único que lograríamos reabriendo el proceso sería dejar nuevamente el proyecto de Aerocafé en vilo y seguir destruyéndonos entre nosotros mientras otras regiones, donde no se maneja tanta envidia, recelo y estulticia, pasan de largo hacia el progreso y desarrollo.
Y que mientras tanto la CCC se siga doliendo porque en Bogotá nombran a Francisco Cruz Prada como secretario del Medio Ambiente. ¿Por qué se duelen, cuando años atrás recibían con complacencia el de Emilio Echeverri en la Contraloría General, después de tener sobre sus hombros inmensas acusaciones por manejos perversos; o el de Bruno Seidel para manejar recursos por más de 1,8 billones de pesos en proyectos viales, después de haber salido de la Industria Licorera de Caldas como el gerente más irresponsable de los últimos tiempos; o de haber acolitado la funesta gerencia de Luis Fernando Franco Acevedo en Inficaldas, quien viene quedando a diario en evidencia como el gerente más inepto de su historia? ¡Estos son los sesgos inauditos que le hicieron perder toda autoridad a la CCC!
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