"Lo único que, al parecer, saldrá adelante es la recuperación del río Magdalena, y las llamadas autopistas de la Prosperidad que hoy firma su inicio en el ramal que llegará a Caldas, pero ello gracias al impulso desde otras partes del país, pues acá siguen varados el tren que llegaría a La Felisa, el puerto de Tribugá, la Zona Franca Andina y, en general, las más importantes iniciativas de infraestructura de la región". "No puede aceptarse que sigan pasando los años, que se realicen decenas de reuniones y que el resultado sea tener las manos vacías. Es fundamental que haya un verdadero trabajo en equipo, que el Gobierno Nacional nos vea como una fuerza cohesionada y que ese empuje se traduzca en recursos para las obras primordiales".
Los anteriores párrafos son extraídos del editorial del diario LA PATRIA el día miércoles 10 de septiembre de 2014, y lo traigo a colación porque me identifico completamente con ellos. Y porque quiero ir más allá, y preguntar: ¿quiénes han sido los dirigentes gremiales que han tenido bajo su responsabilidad los proyectos truncados? ¿Quiénes han sido los prohombres que se han mantenido en la dirigencia caldense a punta de cuentos, dilaciones y mentiras, y que se han enriquecido vilmente a costa de los mismos proyectos año tras año? Pues los mismos dirigentes que hoy nos dominan. Los mismos que se pasean por los diferentes gremios y se turnan en un carrusel nefasto, sacando beneficios y provechos propios, pero descuidando los intereses colectivos.
No es de extrañar entonces que esto nos suceda, cuando aceptamos sumisamente que las grandes responsabilidades sigan reposando en cabeza de quienes durante años han demostrado su ineptitud y no han podido mostrar realizaciones. Cuando entregamos los grandes proyectos para que los manejen libérrima e irresponsablemente quienes se sienten dueños de todo, amos y señores de la región y se sienten por encima de los demás mortales y por ello hacen y deshacen con nuestras expectativas, nuestros sueños y nuestros recursos lo que se les antoja, aún por encima de las leyes y del decoro.
¡Cuánta falta nos hacen los visionarios de antaño y los emprendedores que nos gobernaron! ¡Cuánta falta nos hacen líderes verdaderos, ciudadanos altruistas y hombres decentes! Pero aquí lo que tenemos es una resignación excesiva y una indolencia lesiva. Muy pocos se atreven a contradecir, a refutar, a controvertir. Muy pocos osan proponer cosas nuevas porque saben que de antemano tienen que contar con la aquiescencia de unos seudolíderes que se han autodeterminado la potestad de decidir qué es viable o qué no, so pena de perder su iniciativa o de ser maltratado, rechazado o ignorado. Y esa aquiescencia se traduce en protagonismo, relevo de ideas y enriquecimiento personal; es decir, se traduce en una especie de coima que hay que entregar a los dirigentes si se quiere permanecer en el medio. ¡Qué tristeza!
Podré sonar catastrófico y negativo. Pero es la realidad. Porque la concentración del poder en esta región se da en la mala hora en que Caldas necesita renacer y no encuentra una mano que le ayude. Porque la concentración del poder se está utilizando para obtener beneficios personales y poder levitar ante los demás seres mostrando arrogancia y prepotencia.
Yo invito a que miremos quiénes son las personas que dominan los entes gremiales. ¿Quiénes vienen manejando desde hace años la Cámara de Comercio, Andi, Acopi, Comité Intergremial, universidades públicas y privadas, CCC, etc.? ¡Los mismos! ¿Y qué resultados hemos obtenido? ¡Ninguno! ¿Y no son esas mismas personas las que se han arrogado el derecho de manejar y dilapidar proyectos como Aerocafé donde sus errores garrafales los pagan con el patrimonio o la libertad de quienes nada tienen que ver en el asunto?
Esta sociedad está pasada de indiferente. Aquí nos roban las empresas, nos deprimen los proyectos, nos dilapidan el patrimonio, nos violan los derechos y nos empobrecen cada día y solo encontramos resignación pública y protestas soterradas. Solo ponemos la otra mejilla para que nos sigan golpeando. Cuando debería ser al contrario; cuando deberíamos estar generando movimientos de protesta para sancionar jurídica y socialmente a quienes han posado de salvadores durante años y solo han entregado ruinas y pobreza. Cuando, ante las evidencias que hemos destapado constantemente, la sociedad debería reaccionar, pero responde con un rechazo en privado para no exponerse a ese poder avasallador y descarado de unos pocos. Y, mientras tanto, los órganos de control y de justicia se alían con los poderosos para guardarles la espalda.
Cito nuevamente el editorial: "No puede aceptarse que sigan pasando los años, que se realicen decenas de reuniones y que el resultado sea tener las manos vacías". Pues las manos seguirán vacías si no renovamos esos dirigentes ineptos que se apoltronaron en las entidades gremiales y que se sienten dueños de todo, sin haber aportado nada.
¿Quieren nombres? Muy pronto publicaremos una especie de mapa o de organigrama en el cual queda plasmado dónde está concentrado el poder; en qué personas, entes y organizaciones; y quiénes las dirigen directa o indirectamente. Lo mismo que la concentración de contratación que durante años se viene presentando y que solo es mala si se sale de su rosca. ¡Ojalá la vida me alcance para ver castigados a quienes nos tienen en esta postración!!
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