Al momento de escribir estas líneas me encuentro en el desenlace de una de las situaciones más difíciles que la vida ha puesto en mi camino: después de sufrir un severo infarto en la noche del 20 de diciembre, he trasegado por los caminos del sistema de salud colombiano y, francamente, ha sido una experiencia que me tiene reconfortado con la medicina local y con la infraestructura hospitalaria de Manizales.
Acudir a urgencias a una entidad de salud, tiene de por sí el presupuesto de que se entrará a un vía crucis muchas veces más largo y tortuoso que la misma enfermedad. El infarto era fulminante, doloroso, agudo y riesgoso. Llegar a la sala de urgencias de la Clínica Versalles también suponía una larga espera en medio del dolor y la impaciencia y, muy seguramente, la dilación en los procedimientos y atención. ¡Pero esta vez no fue así! La diligencia fue rápida, amable, oportuna, profesional y adecuada; el cuerpo médico de la clínica, junto con su equipo técnico y profesional estuvieron dispuestos desde el primer momento para atender la emergencia y salvar una vida que, en medio de medicina, procedimientos médico-quirúrgicos y atinados diagnósticos, se entregaron a su ejercicio con total solvencia. ¡Y lo lograron!
Posteriormente, verme atendido en la Unidad de Cuidados Intermedios y, a raíz de una complicación, en la Unidad de Cuidados Intensivos, fue simplemente maravilloso. La calidad de la gente; la asepsia de los lugares; la amabilidad y el profesionalismo de médicos, enfermeras, auxiliares, etc., me hacían sentir en otro lugar del planeta. Y saber que estaba en mi tierra: en mi Manizales del alma, me llenó de orgullo.
Pasados los momentos de urgencia se dispuso mi traslado a la Clínica San Marcel, lugar ampliamente experimentado y capacitado para efectuar cirugías de corazón, y fui internado en la Unidad de Cuidados Intensivos mientras se podía coordinar todo lo concerniente a la urgente cirugía, en época tan difícil de navidad y año nuevo.
¡Y estoy descrestado! ¡Qué calidad de personas! ¡Qué dotación de las salas! ¡Qué disposición! ¡Qué profesionalismo, ética y rectitud! ¡Qué diligencia, oportunidad, encomio y atención! La verdad, es una experiencia que me lleva a creer más en la ciudad; a recabar en la voluntad de seguirle aportando a nuestro futuro; a mirar con otros ojos la calidad de entidades que tenemos en Manizales y el poderío que tiene para ofrecer servicios de altísima calidad.
Médicos, terapeutas, enfermeras, auxiliares, personal de aseo y de servicios generales, personal administrativo de la Clínica, y demás personas que intervienen en los procesos, hasta llegar al usuario, hacen de la Clínica San Marcel una entidad perfectamente sincronizada y digna de mostrar ante el mundo. ¡Esta es mi tierra, carajo!
La cirugía la efectuó un cuerpo médico conformado por el cirujano cardiovascular Carlos Alberto Hernández, el anestesiólogo Ramón Alberto Ceballos y un equipo humano de altísima especialización a quien tengo la obligación moral de hacerles hoy, en vida, un reconocimiento muy especial. Igualmente a todo el equipo directivo, profesional y de servicios de las Clínicas Versalles y San Marcel: a la primera por salvar mi vida en momentos tan angustiantes y con tanta solvencia y oportunidad; y a la segunda por atender con tanto encomio, dulzura, voluntad, oportunidad y profesionalismo a un paciente que, como el suscrito, llega con unas serias lesiones y ella asume su responsabilidad con la mayor voluntad de luchar con él para sacarlo adelante.
Y mil y mil gracias a Salud Total por su disposición para atender los múltiples procedimientos que se han generado dentro de esta urgencia, y por haberse mostrado con la voluntad de que las cosas se hagan con la prontitud, eficiencia, eficacia y profesionalismo que se requieren para proceder cuando de la vida de los seres humanos se trata. Y un saludo de gratitud eterna para toda mi familia y los amigos que han estado pendientes de mi proceso y, muy especialmente, al doctor Hugo Castaño quien, más que el mejor hemodinamista, apareció en mi vida como un ángel guardián. Gracias a todos ellos seguiremos en esta lucha, para infortunio de muchos que tienen tanto qué esconder…
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