Lumièradas
John.giraldo.herrera@gmail.com
"Si quieres la verdad debes buscarla tú mismo. Eso es lo que temen. A ti".
Julian Assange
Nadie pensaba que desde las entrañas del monstruo pudiera existir un veneno que diera muestras de poderlo acabar o contener. Hablo de la creación de un artefacto, que hoy luego de pocas décadas de masificado, ha dado pie para ser la punta de emergencia del poder y al tiempo de sus disidencias. Internet es la biblia de nuestros días, un vademécum, un repositorio, una plataforma que se salió de las manos y que ahora tiene muchas fisuras y ha creado cientos de sitios dedicados a impedir que los secretos del mundo sigan en guardados para unos pocos. Wikileaks nos mostró que nada hay oculto y aquello que deja un rastro, una huella o simplemente existe, puede y deber ser expuesto al público, ese eslabón inquieto y desconocido con el que se legitima o desvirtúa el establecimiento.
Sabemos que mientras pestañeamos el mundo no es igual, algo se ha transformado. Un ser puede haber hecho algo que nos permite encontrarnos en otra dimensión, al otro lado del espejo o en uno de los tantos vórtices de la realidad. Una primavera se gesta como un invierno opaca alegrías por algo que se haya hecho en la red de redes.
Pues bien, un individuo le dio rienda suelta a su activismo y gestó un sitio para revelar secretos y, junto con otro, hizo que Wiki, ese espacio para la construcción colectiva, compartiera la información que le duele a los poderosos y hace que la opinión pública reaccione. "La valentía es contagiosa", dice Julian Assange y, gracias al sustrato de la información, la gente tiene cómo enfrentar la ignominia y el terror.
Una Torre de Babel para el encuentro y no para la división, aunque lo que allí se diga pueda contaminar la creencia entre los que gestan el odio y la barbarie. Unos intrépidos muchachos desnudaron la cara oculta de los hechos, esa misma que los reporteros de los diarios persiguen, pero no pueden desentrañar por la excusa del tiempo, por impedimentos técnicos o porque nadie les ha incentivado la búsqueda y la curiosidad. En fin, lo que se pueda decir de ese gendarme es poco. Mientras para muchos el capítulo es como una novela: Julian Assange, su mentor, huye, y su amigo Daniel no sufrió de persecución y en esta película devela la relación que sostuvieron. Allí está el foco, y nos asomamos con ciertas prevenciones a una página que nos hace pensar de modo distinto sobre el estatus quo.
Una película frenética que no permite dilucidar los hechos y los enmarca en intrigas y desespero; un hippie de los medios, ha querido poner en jaque al mundo y lo ha conseguido, pero tal hecho, parece ser el escalofriante episodio de saldar hechos de su niñez a falta de un padre. Los egos, los enigmas, un juego de ajedrez es lo que se entreteje cuando vemos El Quinto poder. No logramos del todo saber las intenciones de sus mentores y, algo puede haber detrás pero, digamos que no y, que lo que se ha hecho es algo por la justicia.
En fin, la película es la disputa, a modo de Social Network, sobre la red social Facebook, donde Zuckerberg es acusado de plagio. En esta, Julian es acusado de querer ir más allá, incluso de sí mismo y de valorar poco la entrega de Daniel. Va quedando solo y su causa puede derrumbarse. Hace poco pasó ese episodio de las travesuras del hombre de cabellera blanca, refugiado en países, y luego vinieron los acosos de otros traidores que pasaban información reservada, ese término parece estar en desuso y el poder ha quedado en evidencia. Mañana no sabemos con qué despertáramos, pero algo se urde en medio de las situaciones de la red. “El hombre no es el mismo cuando habla por sí mismo, pero si le das una máscara, dirá la verdad”, afirma Julian Assange, y esa frase inspira a muchos a contar lo que pasa y otros no saben.
La película no ha despertado muchas empatías, pero algo nos queda claro:” Si pudiésemos encontrar un con ética, un informante, alguien dispuesto a develar esos secretos, ese hombre podría derrocar al régimen más poderoso y represivo”, ese es el quinto poder: tú.
Ficha técnica
Año: 2013
País: Estados Unidos
Duración: 124 minutos
Director: Bill Condon
Guion: Josh Singer (Libros: Daniel Domscheit-Berg, Luke Harding, David Leigh)
Música: Carter Burwell
Fotografía: Tobias A. Schliessler
Actores: Benedict Cumberbatch, Daniel Brühl, Alicia Vikander, Carice van Houten, Stanley Tucci, Laura Linney, Anthony Mackie, David Thewlis, Dan Stevens, Moritz Bleibtreu,Peter Capaldi, Hera Hilmar, Jeany Spark, Jamie Blackley, Michael Jibson, Pascaline Crêvecoeur, Lydia Leonard, Anatole Taubman, Michael Culkin, Alexander Beyer, John Schwab, Yuval David, Amir Boutrous y Christian Contreras.
Productora: DreamWorks SKG / Participant Media
Género: Drama|Biográfico. Internet|Informática. Periodismo
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