Lumiéradas
John.giraldo.herrera@gmail.com
William Shakespeare, como dijera Borges, es parte de nuestra tradición. La literatura es un universo, no importa la procedencia, salvo las metáforas y el estilo. En su obra teatral Macbeth, el rey ambicioso, muestra cómo ciertos presagios y el destino, se incuban y generan una marca. Para el teatro griego, además del coro, el contar con personas dedicadas a lo proyectivo, lo que dicen los cristales, lo que anuncian las marcas, lo que deja entrever el más allá, eso que se denomina como oráculo, es una carga de la que no es posible salir, lo curioso es que se hace evidente en el más acá, y sin embargo, parece uno caminar sin esquivar lo presagiado.
Macbeth, la película, insiste en mostrarnos el perfil de un guerrero dispuesto a las más altas batallas, salvo la de salir airoso de sí mismo, de su propia ambición. Con un delirio visual pronto quedamos atrapados en la tragedia.
Su rostro sigue siendo la imagen del poder, de ese corrosivo modo de dominación de los hombres. Aunque Macbeth es también el perfil doble. Su movilidad por conquistar el trono y doblegar a otros es también auspiciado y propiciado por la señora Macbeth, quien es la encargada de maquinar intrigas y magnificar la ambición. Acudimos como espectadores a un relato lineal, en el que de modo progresivo y transformador un personaje sublime, poderoso por su capacidad heroica, se ve decaer al subir a un reinado lleno de ambivalencias, conspiraciones y fuerzas extrañas que impulsan una energía avasalladora. Los oráculos son sentenciados por las brujas y, uno podría creer que lo visualizado por ellas es algo operado por lo divino, sin embargo, es más lo construido por la propia dinámica del personaje.
Como tragedia esta pieza muestra la caída de un poderoso como algo elemental, no obstante, la historia se abrió paso entre muchas otras. Sigue comunicando ideas y sugestionando con una capacidad tal que hay diversas adaptaciones: la del japonés Kurosawa (1957), la de Orson Welles (1948) y la de Polanski (1971), y ahora en manos de un grande de la actuación, Michael Fassbender, (Hunger, 300, Doce años de esclavitud, Un método peligroso, entre otras) completa una atractiva versión al untarse de barro, sangre, empañado por encarnar un héroe supremo y con un peso encima por las cargas de las predicciones.
El que fue entonces predecido como sucesor del rey escocés Duncan, cuando desde el acto primero tres brujas así lo anuncian: que se encontrarán de nuevo en la llanura porque con Macbeth hay cita segura. Entonces saben que vencerá, y dictaminan: "Hermoso es lo feo y feo lo hermoso", contradicciones muy propias del universo shakespereano, como si subir implicara caer. Allí las brujas serán las que por medio de las artes ocultas volverán a ese reencuentro. Un texto redondo donde un tipo capaz, voraz y temido no cesará en sus búsquedas, mientras que una mujer moverá los hilos del devenir.
Uno de los hechos más llamativos, y que rompe el tabú, es el asesinato de un niño, el hijo de Macduff, y antes, de otros grotescos asesinatos, incluido el de Duncan, la acción desencadena más furia y será el punto medular de venganzas. Si a Macbeth le anunciaron que no sería muerto por alguien que no hubiese nacido de mujer, entonces, podrá encontrar alguien que no lo haya sido y menguar su potencial. Vemos contiendas, feroces atropellos, una tiranía incesante. Las batallas más grandes parecen ser las que no logran vencer al propio ego, al talante del que dice ser el más guerrero y no tiene la fortuna de vencerse, pelea que al perderla le quitó el trono. Shakespeare ha dado pie a colonizar parte de la cultura occidental, sus textos cobran tanta validez que siguen siendo espejos en los que nos vemos.
Ficha técnica
Año: 2015
País: Reino Unido
Duración: 113 minutos
Director: Justin Kurzel
Guion: Todd Louiso, Jacob Koskoff, Michael Lesslie (Obra: William Shakespeare)
Música: Jed Kurzel
Fotografía: Adam Arkapaw
Actores: Michael Fassbender, Marion Cotillard, Sean Harris, Paddy Considine, David Thewlis, Elizabeth Debicki, Jack Reynor, Julian Seager, David Hayman, James Michael Rankin, Barrie Martin y Ross Anderson .
Productora: See-Saw Films / DMC Film
Género: Drama- Edad Media
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