Lumièradas

John.giraldo.herrera@gmail.com

Hollywood no es la única meca del cine mundial. Nigeria, India y Latinoamérica hacen producciones cinematográficas, pero lo hecho por Hollywood termina siendo lo más influyente en cuanto a la distribución de películas. Estas llegan a colonizar una gran parte de la aldea global y constituyen el lado de espectacularidad y efectos más elocuentes del cine. Los premios que cada año se entregan, los dados por la Academia, denominados los Óscar, se convierten en los más perseguidos. Ganarlo es una apertura a un mercado de mucho dinero y resonancia. La estatuilla es las más perseguida por tener el honor de ser catalogado como lo mejor.

Van 87 entregas y cada vez de mencionados los ganadores ocurre un eclipse: esas películas y directores son buscados. Se abalanzan muchos análisis, hay un furor colectivo y no sobran las polémicas. En cualquier caso los galardonados son el foco de atención y pasan al lado de los famosos y ejemplares. Más de 225 países transmitieron en vivo y en directo el certamen, de modo que millares estuvieron conectados. El modo de elección es por votos. Son cerca de 6.124 electores de las películas y su dictamen es ejercido en línea. Las categorías son muy reconocidas, y dos de las más preciadas, Mejor director y Mejor película, fueron recibidas por el mexicano Alejandro Gonzalez Iñarritú, por su filme: El señor Birdman.

La carrera por los Oscar es de pujas. Para la nominación hubo 323 películas en discusión y 83 en la categoría que se cuestiona mucho la de Película Extranjera, porque esas otras, que son muchas son premiadas como diciendo que desde la Academia se le concede interés a lo producido en latitudes diferentes. Este año ganó una bella historia polaca, hecha como lo dijeron sus realizadores con muy pocos recursos económicos (a diferencia de las hechas en Hollywood), pero con una trama superior y elocuente, Ida es la historia de una mujer que quiere ser monja, para ello recibirá los votos, antes deberá encontrarse con su pasado. Ahí con esos elementos nos entregan un drama cruento y enternecedor.

Aunque se cuestionan las elecciones y se dice que ser nominado requiere de contar con mucho capital. Según el blog de Stephen Follows, afirma que se deben tener unos 10 millones de dólares, para su promoción, entrega de copias, avisos en los medios, entre otros. Es una industria lo del cine, y sus historias nos llegan en medio de ese mercado. Si gana una película, podría recaudar en taquilla 3 millones de dólares más de lo que tenía presupuestado. Las ganadoras se disparan y las distribuidoras las reparten por el orbe.

Es una fiesta del despilfarro, los actores nominados gastan miles de millones en solo vestuario. La alfombra roja se nutre de estrellas. Sus pintas también son aprovechadas por marcas de la moda para luego ser impuestas: desde peinados, hasta los diversos accesorios que utilizan. Los discursos son el fortín político y cada gesto hecho, como el que se hizo este año a Gabo, cobra valores inusitados. De repente las películas pasan a un segundo plano y la fiesta del séptimo arte es un espejo donde se refleja lo espectacular de la vida.

Además del logro de Birdman, esa película extraña, como casi todas las hechas por Alejandro Gonzalez, que desde Amores perros sorprende por las historias, así como por la manera de ser contadas. Pero Hollywood no solo premió esa cinta, ganó un actor: Eddie Redmayne, muy versátil al interpretar al físico Stephen Hawking. Por su parte Patricia Arquette ganó como mejor actriz de reparto, en una película excepcional: Boyhood. La polémica película gringa, que deja ver su pelambre como nación, American Sniper, por fortuna no obtuvo estatuillas de renombre, se consoló con la de mejor edición de sonido. Una muy espectacular, Interstellar ganó en la categoría de efectos especiales.

Se cerró el telón. Los actores y realizadores andan en preparación para unos nuevos premios. Los espectadores tendrán un modelo de películas por ver. Y el cine, ese esperpento diabólico, ese gran ojo, esas lumiéradas, volverán a lucirse en cada sala de cine donde se proyecta, en cada cine club donde se enaltece y con cada espectador que busca historias.