Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Desde el 20 de noviembre cuando cayó 1-2 ante Santa fe que después consiguió su novena estrella, el Once Caldas no se presenta en Palogrande en partido oficial de campeonato, es decir, han pasado 77 días.
Eso hablando de la exposición en el campo, porque competitivamente habría que ir más atrás dado que la eliminación se produjo 3 fechas antes, en otra de esas campañas para el olvido con relevo de técnico incluido.
Hoy vuelve la pasión, con una renovación forzada en la necesidad de cambio, 11 caras diferentes, sin grandes estrellas, y con la esperanza de recuperar el status y ese prestigio mancillado por las decisiones erradas.
Su rival, Tigres, equipo bogotano que milagrosamente logró el ascenso luego de que Leones sacara al Pereira empatándole en el último minuto, y que bajo esa denominación lleva un año porque era Expreso Rojo, con 13 de experiencia en la categoría B.
Un club errante que inició en Cartagena, y que pasó por Sincelejo, Fusagasugá y Facatativá antes de recalar en Soacha donde logró la clasificación, sede que abandona para encarar en Techo sus compromisos como local.
Rival apto para empezar con pie derecho, así el Once Caldas entre en etapa de construcción y requiera de tiempo para consolidar la idea y el nivel de sus jugadores, y en el entendido de que el propósito de Tigres es conservar la categoría y formar futbolistas.
Tarea brava para el cuerpo técnico en cabeza de Lisi organizar la defensa. Solo Gómez y Moreno permanecen, y tanto Muñoz como Ramírez –y el mismo Acosta– son piezas por engranar en una línea que exige repeticiones y sincronización.
Fue débil finalizando el torneo pasado, sin mucho filtro en el medio donde también Córdoba, Ortiz y Guillermo debutarán con el plantel, lo que de cierta forma genera interrogantes acerca del funcionamiento en marca.
La tranquilidad aparente está en zona de creación con clásicos armadores como Ortega y Cardona, hombres de desborde por los costados que aportan equilibrio caso Salazar, Cure y Soto, y apuestas a futuro, Sinisterra y Zapata, entre otros.
Arriba Estupiñan es la ficha, con la certeza para muchos –me incluyo– de que faltó otro atacante, no para el técnico que cree fielmente en un Romero muy visto, de poca eficacia y con la fe perdida entre la mayoría de los hinchas.
Un plantel sin luminarias, para trabajar, que en la medida que tenga respuestas individuales, condición física, patrón de juego y motivación puede dar, en una liga corta, irregular, que premia a los conjuntos aplicados.
La verdad se escribirá desde ésta tarde, las cartas están echadas, se acabó la paz para los técnicos, su responsabilidad compartida con el grupo marcará la pauta, deseando suerte porque el Once Caldas no es simple empresa privada.
Sentimentalmente es del público y despierta miles de pasiones, con responsabilidad social por parte de sus administradores cuyas determinaciones son propias, y en aras de una relación cordial que beneficie un clima óptimo de convivencia.
La invitación es de acompañamiento a este Once Caldas que es factor sustancial de distracción y entretenimiento en la ciudad, tal como lo manifestó el alcalde Octavio Cardona con un respaldo económico valioso y lleno de compromiso.
P.D. ‘Todos al estadio, todos al estadio…’ como decía la vieja cuña radial, con ese margen de ilusión que se nos permite apenas abriendo la competencia, pero con el convencimiento de que el Once Caldas es viva imagen de una Manizales altiva y radiante.
Hasta la próxima...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015