Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Una grata noticia para el Once Caldas el regreso de Daniel Hernández, con un semestre más de experiencia en el subcampeón colombiano, y en calidad de refuerzo para una posición en la que hubo vacíos a lo largo de la temporada anterior.
Debe entender su real estado el talentoso volante, a quien se le espera como aporte fijo y pieza fundamental dentro del nuevo engranaje, pues está llamado a constituirse en el creativo que no tuvo el equipo ante la defección del argentino Patricio Pérez.
A Hernández le costó consolidarse en el Medellín, entraba y salía, aunque en el último partido por el título ante Cali fue generoso tras su ingreso con pases filtrados a espaldas de la defensa, que denotan la importancia que puede tener regulando su producción.
Es un asunto de seguridad, que comprenda el rol que le corresponde, y que se ponga en su sitio como conductor con continuidad para que resulte útil, porque condiciones posee, y si se cuida y responde, puede llegar a ser uno de los mejores del país.
Lo de Pérez es lamentable, siendo un jugador de buena de técnica, concepto que todos compartimos y que no ratifica por las múltiples lesiones, queda como esa opción sin ingredientes, que no garantiza nada, y en quien difícilmente se puede confiar.
Por eso Hernández se aprecia como alternativa en un lugar por llenar, para luego mirar un poco más arriba, donde la ausencia de efectivos delanteros debe ser motivo de análisis, más frente a las mínimas sugerencias hechas por los observadores.
Me resisto a creer que nadie les advierta al señor Torrente y sus asesores la urgencia de ubicar atacantes, dado que el problema es de fondo, no de forma, y que con lo que tiene se sufrirá igual que en el pasado porque el asunto es por sustracción de materia.
Golpe de opinión supondría la contratación de un punta anotador, que no es fácil conseguir, pero que urge porque parece que hubieran olvidado los padecimientos, particularmente con Flabio cuando el equipo peleaba algo, por la falta de punch y la ineficacia arriba.
Traer un central, que es el caso del uruguayo Hernán Menosse, es buscar el complemento para José Moreno en una función en la que es preferible a veces hurgar en los campos aficionados o en los equipos de la B, pues los que llegan de afuera no marcan diferencia.
Al menos es una cara distinta en esa sequía de información con relación a contrataciones, las que se van a dar como contestación al desgreño en que terminó el Once Caldas de Tito Cortés, y como intención directiva de un plantel competitivo y respetable.
Igual suena como un contrasentido apostarle otra vez a cuatro extranjeros, idea ilógica, costosa e ingenua, pues basta con recordar cómo los colombianos –es un decir– intentaban meter la ficha, y ellos saboreaban mate en la tribuna.
Hay que ser prácticos, poner las cartas sobre la mesa, y entrar a la función con fichas puestas. Bien por la salida de Leudo y Campaz que no dieron nada ni se ganaron el derecho a seguir, y por ese mismo conducto deben irse otros cuantos.
Ni en las épocas de vacas flacas se aguantaban jugadores de tan pobre nivel y compromiso, y esa debe ser la exigencia del cuerpo técnico de Torrente, porque ahora se tiene respaldo institucional, solidez como empresa, y objetivos precisos que deben acortarse en el tiempo.
P.D. Contra Perú cerrará hoy la fase de grupos la selección Colombia que tanto ilusiona. Estando al lado de ellos, queda claro que no es solo cuestión de condición técnica, es de calidad humana y profesionalismo. Un equipo que lo merece todo, con el que estamos a muerte y con el que se puede soñar en grande.
Hasta la próxima…
macotal@yahoo.com
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Ni en las épocas de vacas flacas se aguantaban jugadores de tan pobre nivel y compromiso, y esa debe ser la exigencia del cuerpo técnico de Torrente, porque ahora se tiene respaldo institucional, solidez como empresa, y objetivos precisos que deben acortarse en el tiempo.
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