Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Muy temprano para que el Once Caldas esté colgado, con números insuficientes, por debajo de las estadísticas del primer semestre, con un rendimiento del 40% y en el horizonte un rival incómodo como el Tolima, al que se medirá esta tarde.

Frente al Pasto se jugó mal y se ganó, luego desabridos empates ante Alianza y Jaguares, y seguidamente derrota con Rionegro haciendo buen segundo tiempo, e igualdad en Bogotá contra Millonarios en la mejor presentación del campeonato.

En la Liga I, al cabo de cinco fechas, el Once Caldas llevaba 11 puntos, estaba invicto y sumaba 3 victorias. En la actualidad tiene 6 unidades, un solo triunfo, y acumula la caída en Palogrande cuando las Águilas defendiéndose se alzaron con el botín.

Total, paisaje nublado dado que el antecedente fue eliminación, y a no ser que haya un revolcón monumental la historia tiende a repetirse, y un balance negativo no ayuda a la plaza, ni al club, y menos al propietario que espera le rindan cuentas con ganancia.

El promocionar jugadores –Rendón, Rojano, Estupiñán, Viveros– pone a los mercantilistas a frotarse las manos pensando en un futuro, a costa de unos resultados que aquietan la pasión del hincha, sacrifican imagen y reducen la trascendencia del equipo.

Sin complejos, acorralando al comienzo a un enredado Millonarios, lució el Once Caldas que en juego abierto se atrevió en el Campín, evidenciando las lagunas que se forman en la última acción y que han tornado el gol en eterno problema.

Sin embargo, y creo es la gran diferencia con el Once Caldas anterior, este propone más en ataque y genera posibilidades, lamentando las carencias habituales, pero presionando y con mayor velocidad arrimándose a zonas de combate.

Mucho tienen que ver Daniel Hernández, fundamental cuando se ilumina porque resuelve en la individual, pone a jugar a los demás y da profundidad, y Oscar Estupiñán, una joya que se va puliendo. Es decir, puestos que encontraron dueño.

Caso contrario atrás, sin la solidez acostumbrada, lo que suena lógico al desprenderse de Menosse, Lucena, Hárrison y Marimón, cuya seguridad era el fuerte del esquema, y el símbolo de la labor entre semana del cuerpo técnico.

Ahora Torrente tendrá que recomponer, o adaptar en nuevos nombres esa idea táctica que siempre se alimentó con rendimientos individuales elevados, en procura de un equilibrio que parece inalcanzable mientras sea corto el recurso apropiado.

El lío es que por cifras no entusiasma este Once Caldas porque lucra poco en la tabla, y no se puede quedar en actuaciones decorosas. Los números son contundentes, hay déficit con relación al reciente pasado que fue malo, y eso oscurece el panorama.

Esto es con jugadores señor Torrente, usted puede saber mucho, trabajar de sol a sol, pero sin la materia prima suficiente terminará sacrificado, más allá de que intente salvarse en el respaldo de un público que justifica los males en el peso de la nómina.

Y la culpa es suya porque jamás presionó la consecución de refuerzos, siempre hizo anuncios en las ruedas de prensa que no se cumplieron, como cuando ido Henao señaló que era necesario remplazarlo, sin siquiera mencionar una opción válida.

Tanto conformismo, complicidad, arrogancia o apatía, le pueden pasar factura. Alexis García se fue de Santa fe con un producido del 60%. Usted logró el 43% en el apertura –de 60 puntos hizo 26– y actualmente está en el 40% –de 15 apenas lleva 6–.

P.D. ‘Lo peor no es tener el equipo más mediocre de los últimos tiempos, lo grave es que nos estamos acostumbrando’, me escribe un aficionado al notar que después de cada jornada esculcamos para intentar razones de una realidad que todos sabemos.

Hasta la próxima…

Twitter: @macotal

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El lío es que por cifras no entusiasma este Once Caldas porque lucra poco en la tabla, y no se puede quedar en actuaciones decorosas. Los números son contundentes, hay déficit con relación al reciente pasado que fue malo, y eso oscurece el panorama.