Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Sin terminar la idea de apoyo irrestricto al Once Caldas desde todos los frentes –originada en el afán de tener un punto de encuentro con el mayor accionista para que invierta– la respuesta inmediata fue la salida de Daniel Hernández.
Respaldo propuesto desde estas líneas luego de la vinculación comercial de la Alcaldía a través de Emas y Aguas de Manizales, y desde el convencimiento de que es la fórmula para recuperar el equipo como símbolo ciudadano con beneficio para las partes.
Por unos millones –útiles por supuesto– dejan de lado lo deportivo, reflejando quizá el pensamiento de algunas de las personas que están al frente de la institución, para quienes el signo pesos rebasa cualquier intención competitiva.
Esos son los obstáculos que bifurcan y crean confusión, poniéndonos en contravía por los efectos que ocasionan, pues transmiten la sensación de que el objetivo de campaña no se remite precisamente a la clasificación a octavos.
O de otra manera será, porque es evidente que la ausencia de Hernández –quien a pulso y con fútbol se ganó el puesto ante la incredulidad de Torrente y Lisi– representa un golpe bajo al crear un serio problema en materia de armado.
Lástima, porque uno entiende el interés del jugador y la necesidad económica del club, pero hay momentos, y este fue inadecuado, pues a falta de 5 fechas y estando por fuera de los 8 suena afrentosa la decisión tomada.
Y para no entrar en contradicciones porque desde un principio nos quejamos de la discreta conformación de la nómina, la verdad es que la irregularidad de la actual liga con chicos metidos a grande sin mucho, abre una posibilidad razonable y esperanzadora.
Además mirando el alza en rendimiento que ha tenido el Once Caldas –10 puntos de los últimos 12 desde que arribó Lisi– con un producido en el campo que alienta por la motivación y el funcionamiento, la opción es válida y hay que ir por ella.
Con el daño causado, porque así lo percibo al aceptar que Hernández era el motor del plantel tanto como el arquero Cuadrado, ojala la cabeza del grupo, la mentalidad del entrenador y la ambición y el deseo alcancen para cerrar bien el ciclo que resta.
Empezando por Equidad, la ´bestia negra’ que visitará mañana el Palogrande, aunque ésta vez en circunstancias oscuras, con más fallas que aciertos, con 7 partidos sin conocer la victoria, y cerca del abismo por su lugar secundario en la tabla.
Posteriormente visitará al Huila en campo neutral, para finalizar contra 3 clasificados, Medellín y Santa fe aquí, y Patriotas en Tunja en medio de los 2. Nada fácil, pero en juego está el año, y hasta el futuro que se llenaría de luces entrando.
La disyuntiva ahora es como debe pararse el Once Caldas sin Hernández. Lisi en su estreno triunfal 3-0 sobre Bucaramanga no lo puso, y jugó con Viveros y Cure por los extremos más Romero y Estupiñán arriba, fórmula que podría repetir.
La otra es con Soto en posición de creativo conservando los mismos volantes abiertos y con un punta que debería ser Estupiñán porque tiene más gol y buenos movimientos, aunque no parece de la confianza del técnico.
En esa lectura le llegó el momento a Elkin, ahora con más sesiones de trabajo y mejor recuperado, para que trate de buscar la forma y cumpla con ese sueño de concluir su brillante carrera brindándose al lado de los suyos.
Lo cierto es que los plazos se acortan, el negocio de Hernández pasará factura sin el tiquete a la siguiente ronda, o por el contrario reivindicará a este Once Caldas que no puede perder ese norte que suponen los intereses comunes entre todos para sentirlo propio.
Hasta la próxima...
Twitter: @macotal
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