Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Si bien algunos se molestan porque como entidad privada el Once Caldas debe procurar su autosuficiencia económica, para quien escribe la unión de fuerzas con la empresa local y los entes gubernamentales puede suponer la base de una institución grande y fuerte.
Esto con motivo de la vinculación comercial que a través de Emas y Aguas de Manizales ha garantizado la administración de Octavio Cardona León con anuncio y promesa para el año que viene, invitando igualmente a la gobernación para que participe.
Esos 275 millones tienen un valor real importante, y otro simbólico más especial aún que es el mensaje de compromiso, de interés y de celo por el club que envía la Alcaldía, que ofrece además exoneraciones tributarias y en comodato el estadio Palogrande.
Ante el tamaño de la operación ese dinero quizá no arregle los problemas, ni supere el rojo ni cuadre los números en caja, pero ayuda y constituye un primer paso hacia esa consolidación soñada del Once Caldas como emblema de la comarca.
Es cierto que es un negocio particular enmarcado dentro de un sentimiento popular, y en vista de que no hay compradores ni capital de la región para hacerlo propio, nada mejor que convertirse en aliado a través de distintas maneras.
Camino de integración que pudieran seguir otros estamentos de la comunidad como la industria y el comercio promocionando sus productos por esa vía, y los mismos líderes cívicos intentando campañas de apoyo y solidaridad.
La hinchada asistiendo al estadio, las barras organizadas animando, la prensa respaldando, que no quiere decir silencio a la crítica, de la que no está exenta la dirección del equipo tan errada a veces particularmente en lo deportivo.
Nada ganamos con ofender –como sucede en las redes sociales– cuando está probado que el odio produce división, siendo preferible activar canales de comunicación que permitan un solo mundo en torno a un activo de ciudad tan valioso como el Once Caldas.
Sin salirnos del hecho de que Kenworth de la Montaña es su propietario, y que sus decisiones son cerradas y acordes con el deseo de su dueño, que no es ningún pecado, y menos que pretenda ganancias, pues al invertir tiene derecho a buscar rendimientos.
En tal virtud, y despojados de egoísmos en el entendido de que si obtienen dividendos es lógico, tampoco es descabellado exigir contraprestación, y que ésta se represente en un plantel competitivo digno de un campeón de América.
Unas van con otras, y en la medida que haya un grupo de alto vuelo se inflarán las áreas del entorno, y el beneficio será particularmente para la zona, el entretenimiento y el Once Caldas como club deportivo y parte del corazón de sus hinchas.
Aunque parezca un sueño, es posible, más cuando hay tantas manifestaciones masivas por una paz sin apellidos para todos los colombianos, y tras un premio nobel a buenas intenciones y no hechos reales, que fue el que le entregaron a nuestro presidente.
Y para hablar de la Selección Colombia, triunfo desde la estrategia sobre Paraguay. Lo ganó Pékerman con su planteamiento jugando al cero, con un cerco defensivo implacable, y efectiva aplicación táctica hasta que llegó el golazo de Edwin Cardona.
P.D. Dice ‘piña’ Villarreal, comentarista con quien comparto el Gran Debate de Todelar, que una letra puede salvar a un técnico porque, según el resultado de sus cambios, fácilmente pasa de bestial a bestia. ¿Se imaginan donde Pékerman hubiera perdido en Asunción?
Hasta la próxima…
Twitter: @macotal
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Unas van con otras, y en la medida que haya un grupo de alto vuelo se inflarán las áreas del entorno, y el beneficio será particularmente para la zona, el entretenimiento y el Once Caldas como club deportivo y parte del corazón de sus hinchas.
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