Dignidad país

Me pregunto: ¿Por qué miles de colombianos se tienen que ir al extranjero a buscar mejores horizontes? Tenemos crisis fronteriza con Venezuela, con abusos y bellaquerías por parte del "bruto" de Maduro, pero... creo que hay causas serias que han desencadenado la salida de nuestros compatriotas. Estoy seguro que el modelo económico implementado desde los años noventa e iniciado por César Gaviria con su neoliberalismo estúpido y su capitalismo salvaje, no dio los resultados esperados. Las secuelas no se hicieron esperar. Tenemos altas cifras de desempleo, informalidad y regular industrialización. Nos ha faltado defender con valentía pero con prudencia la dignidad de nuestro país, como la defiende cualquier ser humano; nuestros gobernantes no lo han hecho como debe ser, nuestra canciller y Juan Manuel parecen estar demasiado ocupados con el proceso de paz con los bandidos de las Farc, aunque la actuación del presidente en Quito fue la adecuada.
La dignidad como cualidad significa honor, debe ser un valor o un derecho inviolable e intangible, tanto para las personas como para nuestra amada Colombia; es una facultad fundamental y particular de los seres humanos. Esa dignidad se debe fundamentar en el respeto y la estima que una persona tiene de sí misma y por lógica es merecedora de consideración y honra, aunque del cafre, inculto, rudo y cerril de Maduro no se puede esperar nada. 
Los diferentes "chistes" sobre la inteligencia de Nicolás Maduro causan hilaridad; hablamos de que es bruto, pero si nos atenemos al estudio del psicólogo Howard Garner, parece ser que su intelecto es mal evaluado, aunque dirigido como una marioneta por Diosdado Cabello, el corrupto y narcotraficante presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. En su ignorancia suprema habla de millones y millonas, así como de libros y libras. Nunca ha entendido la conversión de pesos a bolívares. ¡Claro! Se enreda en la broza o maleza de su mismo invento. El "bolo" oficial se cotiza a 600 pesos, mientras que en las casas de cambio está a 4 pesos y en la calle mucho menos. Es inmensamente torpe e incapaz al pensar que el cáncer fue inoculado a su comandante. Pese a todo, su ineptitud e incompetencia no le quitan algo de inteligencia, pues con mucho de viveza y moderado "talento", desvía sus múltiples problemas como son la escasez de alimentos, la inflación galopante, la corrupción, el narcotráfico de los militares y de Diosdado, la inseguridad y el caos de su moneda, con una posible guerra con Colombia buscando una descarada cortina de humo. Estoy seguro que mantiene a su lado un caricato que le sopla la siguiente estupidez, como aquella en la cual dijo que el comandante había reencarnado en un pajarito. Su vivacidad es tal, que despierta patriotismo y nacionalismo en un país cuyos estratos bajos tienen hambre. Hace poco parecía un drogadicto sin empleo y en "traba pura", al bailar la famosa Pollera Colorá. Posiblemente en ocasiones es ingenioso, pero él no lo sabe.
Sabemos que es un tipo camorrero, exchofer, rufián de barrio, quien por su paranoia e insensatez, desató un polvorín en la frontera con Colombia. La OEA organismo totalmente inútil, con su determinación está patrocinando su esquizofrenia; él disfraza su incapacidad para gobernar con retórica de guerra. Simplemente no es tan bruto como pensamos, aunque el poder y los dólares que ya tiene guardados lo tienen ciego, con dislexia y verborrea, heredando a su comandante la megalomanía y la coprolalia. Colombia, aunque parece sumisa, debe buscar con rapidez salidas diplomáticas, recuperando de paso la dignidad pérdida, pues el país nacional tiene dolor de patria. Juan Manuel debe seguir actuando con firmeza pero con prudencia, juicio, cautela y precaución, sin dejarnos avasallar de los mediocres y malos vecinos quienes parecen lacayos de Donald Trump. No tiene racionalidad ni coherencia, pues expulsan a los colombianos de bien mientras les dan asilo a los bellacos de las Farc. 
Sé que es complicado hacer las paces con una nación fragmentada como Venezuela, pero con audacia defenderemos nuestra soberanía.