Óscar Domínguez G. www.oscardominguezgiraldo.com
Pasé el sombrero y rescaté de allí nuevas historias en la que los protagonistas son los pequeñines:
Cuando tenía como cinco años llevé a Natalia al museo de historia natural de Londres que tiene, en el segundo piso, una secuencia ilustrada muy didáctica para explicarles a los niños la teoría de la evolución. La recorrimos y yo le fui traduciendo y explicando el australopitecus y el pitecantropus erectus y los sucesivos ancestros del hombre. A la salida del museo, frente a un cerezo en flor, la sardina me dijo: Dime una cosa, mami: ¿Cuál de mis abuelos era mico?
Cuando Manu tenía tres años y medio aproximadamente, me preguntó: Mami, ¿Dios hizo a las princesas Disney? Le respondí: Sí, Manu, Dios hizo a las princesas Disney, y a todos. Manu me contrapregunta: ¿Entonces Dios también hizo a las hermanastras malas de cenicienta?
"El niño es inmortal, pues nada sabe de la muerte". (Hölderlin, en la biografía de Helena Cortés Gabaudan).
María Adelaida le preguntó un día a su hermanito Pedro Alejandro, quien apenas tenía ocho años:
- Alejo, ¿quiénes son los guerrilleros?
Al rompe le respondió:
- Unos amigos que tiene el abuelito (Otto Morales Benítez) para conversar.
Un día rezando el Padrenuestro, la pequeña Li, le preguntó a una monja: "Hermana, ¿por qué Jesús no dijo: "Danos hoy el arroz de cada día"?
Camila a su mamá: Mami, me duele cuando meto el dedito en el oído. Pregunta la mamá: ¿Qué será, otitis? Nooo, mamá, es un uñerito que tengo en mi dedo".
Como todos los niños franceses, entre los tres y los seis años, mi hijo Simón se bañaba por la noche y se pasaba horas en la bañera jugando con sus barquitos de plástico y sus pescaditos. Y cuando el agua se enfriaba, pues desocupaba un poco la tina y le volvía a echar agua caliente. Un día le llamé la atención: Simón, no gastes tanta agua, cierra ya esa llave, mira que el agua es escasa, hay millones de niños africanos que no tienen agua corriente en sus casas. Mi hijo me miró y me dijo: Mamá ¿y tú crees que si yo cierro la llave, va a llegar el agua a las casas de los niños africanos?
El chiquillo se había quedado a dormir en casa de los abuelos y la abuela tenía prevista una rutina para cumplir con su cometido, pero el cronograma iba retrasado porque el niño se distraía con otras cosas. Ya estaba avanzada la mañana, y la hora del baño no parecía llegar. Poniendo ceño adusto ella le dijo: "No has terminado tu desayuno, y hasta el momento no has hecho popó". A lo que el chico respondió sin inmutarse: "Abuela, lo que pasa es que estoy en pico y placa".
El avión es un culumpio en el cielo
(Sofía, dos años ocho meses).
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