Vigo debe su nombre a los romanos que por aquí pasaron antes de llegar a Gran Bretaña. Vicus en latín significa aldea y ya desde esa época Vigo tuvo profunda vocación de mar, no solo porque sus habitantes han sido pescadores sino porque Vigo y Galicia miraron lejos, y sus hijos han sido grandes navegantes hacia América, llegando hasta Argentina donde la colonia gallega ha sido numerosa, respetada y motor de progreso; en estos países del sur de Suramérica gallego es sinónimo de español.
No ocurre así en Colombia, donde no ha sido fuerte la presencia gallega. En el puerto de Vigo, donde atracan los grandes trasatlánticos y los veleros y buques de recreo, se encuentra precisamente el monumento al emigrante gallego; se trata de la estatua de una mujer con su hijo pequeño en brazos, que despide o espera a su marido que marcha o llega de lejanas tierras.
Los romanos construyeron salinas para hacer la salación del pescado y hoy Vigo es el principal puerto pesquero de España y exporta sus productos a países de todos los continentes. Vigo es igualmente base de muchas empresas navieras y ocupa puesto preferente en la cría de bivalvos como ostras y mejillones con cultivos que se encuentran a todo lo largo de la ría.
Vigo, como tantos puertos de mar del planeta, fue víctima en otros tiempos de asaltos y saqueos por parte de piratas y bucaneros. En la historia de la ciudad la batalla de Rande ha quedado escrita como un episodio de gloria del que los vigueses viven orgullosos. Ello ocurrió en los albores del siglo XVIII.
Pero volvamos a la Edad Media. En esa época Martín Códax escribió las "Cantigas de Amigo", texto lírico escrito en galaico-portugués considerado como el gran monumento del gallego. El diccionario dice que el gallego es una lengua romance del subgrupo galaico-portugués estrechamente emparentada con el portugués. Se habla en Galicia y en comarcas cercanas del norte de España.
Recordemos que las principales ciudades de Galicia son: Vigo, Santiago de Compostela, Ourense, Lugo, Pontevedra, Coruña y Ferrol, y la más pujante por la industria y desarrollo es precisamente Vigo. Otro motor poderoso de progreso no solo de Vigo y de Galicia sino de España son los numerosos astilleros de Vigo.
A Chus Lago, concejala (sic en España) de medio ambiente de Vigo, le debo mi viaje a esta hermosa ciudad. Ella me habló con pasión de su tierra y de la belleza de las islas Cíes, de modo que no tuve otra alternativa que empacar maletas, cruzar el océano y plantarme en los solares de la "ciudad olívica". Allí, "in situ", comprobé que Chus no mentía; regresé encantado de Vigo y con inmensas ganas de volver para visitarla más despacio y sobre todo gozar de su campiña, sus aldeas y el encanto de sus paisajes rurales.
Chus Lago, siendo un personaje de fama mundial, es la mejor embajadora de su tierra. Fue la segunda mujer española en escalar el Everest sin oxígeno y es en la actualidad la única mujer viva que lo ha logrado. Ha escalado montañas en todos los continentes y en 1997 llegó a la cumbre del Cho Oyu, su primer "ochomil". Los picos que sobrepasan los 8.000 metros de altura se encuentran todos en Asia, en las cordilleras del Himalaya y del Karakorum y se los denomina "los catorce ochomiles" en el argot alpinista. Pero quizás la mayor proeza de Chus y por la que ha alcanzado fama mundial y ocupa desde ya un lugar de honor en la historia entre los grandes aventureros de todas las épocas es el haber llegado al Polo sur, sola, en una épica travesía de 59 días, soportando vientos de 140 kilómetros por hora y temperaturas de 40 grados bajo cero. Fue ella, Chus, (María Jesús Lago Rey), la que me hizo atravesar el océano para visitar y gozar Vigo.
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