Las circunstancias del rescate del tesoro de Rande y del tesoro de El Dorado de la Laguna de Guatavita tienen algunos parecidos. En ambos casos se trata de tesoros de la América prehispana.
El cacique avanzaba hacia el centro de la laguna circular, de pie sobre una balsa de juncos. Los indios cerraban totalmente la laguna, ubicados en las orillas. El cacique iba desnudo, su cuerpo cubierto completamente con polvo de oro que se adhería a su piel gracias a la goma que tiene una planta llamada frailejón, sagrada para los indios. Esta planta es típica de los páramos colombianos y crece desde los 3.000 hasta los 4.500 metros sobre el nivel del mar. Su nombre científico es Espeletia, con "ese".
Los científicos de la Expedición botánica le pusieron este nombre en honor del Virrey Ezpeleta (con zeta), que era nativo de Pamplona, España y que ayudó a los trabajos de la célebre Expedición. Eran los tiempos de La Colonia.
Al llegar al centro de la laguna el cacique lanzaba al agua algunas estatuillas de oro, llamadas tunjos. Este es el origen del Mito de El Dorado. Origen histórico, no fantasioso, datado, entre otros, por historiadores españoles de la conquista en Colombia, como don Juan de Castellanos, en su monumental obra "Elegía de varones Ilustres de las Indias". El tesoro más precioso y preciado de Colombia es una pequeña pieza de orfebrería, hecha en oro, y encontrada en una laguna cerca de Fusagasugá, ciudad ubicada a unos 50 kilómetros de Bogotá; la pieza representa precisamente al cacique montado sobre la balsa.
La pieza es una de las 34.000 de oro prehispánico que se encuentran en el Museo de Oro de Bogotá, el más grande museo de oro del mundo. Para los colombianos esta pieza es tan valiosa como puede serlo la Dama de Elche para los españoles.
El parecido de que hablamos reside en los intentos por rescatar del fondo de las aguas los tesoros. En el caso colombiano se han hallado varios tunjos de oro. En el afán de vaciar la laguna los ingleses practicaron un boquete que rompe totalmente la forma del cráter que era como una olla; ahora está rota por un lado. No lograron vaciar la laguna, por suerte. Esta laguna es sagrada para los colombianos. El mito que aquí se originó, agrandado con leyendas de ciudades amuralladas completamente en oro, trajo a América miles de europeos ansiosos de los tesoros. Y su codicia los perdió; morían mordidos por serpientes ponzoñosas, o por las flechas envenenadas de los indios, o por las fiebres del trópico, o ahogados en los ríos inmensos de la selva.
Julio Verne inmortalizó para la literatura el tesoro de la Batalla de Rande. El Capitán Nemo vino a pertrecharse para sus "Veinte mil leguas de viaje submarino" en el tesoro hundido de Rande. Sabido es que Julio Verne se documentaba muy bien para escribir sus relatos de ficción y visitó dos veces la Ría de Vigo.
En Vigo han erigido una estatua a Julio Verne apoyado en un pulpo y un grupo escultórico al Capitán Nemo.
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