Vigo es una ciudad muy agradable para vivir. Hay dos calles que llevan el nombre de dos "indianos" ilustres y generosos: la calle Policarpo Sanz y la José García Barbón. En estas calles se encuentran los más bellos edificios del último cuarto del siglo XIX y los primeros años del XX. Son edificios de gran belleza y se suceden a lo largo de manzanas y manzanas y son construcciones eclécticas.
En España llamaban indianos a los españoles que viajaban a trabajar y conseguir fortuna en América. Se decía "hacer las Américas". Algunos regresaban con gran fortuna acumulada y muchos, tan pobres como se fueron. Los indianos "forrados en dinero" como dicen en España, o "tapados de plata" como decimos en Colombia, solían comprar títulos de nobleza, o construir iglesias, o grandes casonas, o palacios a su regreso a España. Esas casonas o palacios se llamaron "casas de indianos". Colombia, como dijimos en otra crónica, no fue objeto de esta inmigración de gallegos y de españoles en general, como sí lo fueron México, Brasil, Argentina. Cuba, Venezuela y Uruguay.
Es famoso en España el poblado de Somado (Somao en asturiano), localidad perteneciente a Pravía, en Asturias. Con apenas 400 habitantes posee innumerables casonas o palacetes de indianos, que amasaron sus grandes fortunas en Cuba. Esos palacios se rodean de amplios jardines sembrados con plantas exóticas, especialmente palmeras tropicales que son como el reclamo o recuerdo o insignia de los países tropicales donde adquirieron sus fortunas.
El origen de estas siempre fue muy cuestionado, sobre todo si provenían de la trata de esclavos.
Uno de estos indianos fue Antonio López y López, nacido en Comillas, Cantabria y muerto en Barcelona. Por sus numerosos servicios al gobierno y por su filantropía recibió del rey Alfonso XII el título de Marqués de Comillas y la condecoración de "Grande de España". Antonio se enriqueció en haciendas de Cuba utilizando esclavos y en compañía de otros indianos como Antonio Cánovas del Castillo, el famoso político conservador y de su hermano José, formó el llamado grupo negrero para oponerse a las leyes abolicionistas que ya ganaban terreno en España. Antonio López y López, que se hizo acreedor a uno de los títulos de nobleza con más renombre en España, fue un gran empresario en muchos ramos de la industria y del comercio y de la actividad naviera, y utilizando esta precisamente, ayudó a la corona en muchas actividades en ultramar y en guerras en las que España se involucraba. El Marqués de Comillas se radicó en Barcelona, donde murió y donde le erigieron un monumento y una plaza con su nombre. Precisamente este año de 2014 una asociación que lucha contra el racismo pidió al ayuntamiento barcelonés que cambiaran el nombre de la Plaza Antonio López por el de Nelson Mandela. La célebre y respetada Universidad de Comillas fue construida con dineros donados por el marqués a petición de un sacerdote jesuita. Policarpo Sanz, por su parte, donó a Vigo una importante colección de cuadros de pintores españoles, flamencos, italianos y franceses. Y José García Barbón, que había obtenido su fortuna en Cuba, al regresar a Vigo se dedicó a apoyar empresas, culturales y de caridad. Los dos son prohombres en la memoria histórica de la ciudad. Las regiones de mayor emigración hacia América fueron Galicia y el país Vasco. Canarias también tuvo fuerte emigración, especialmente a Venezuela, Puerto Rico y Argentina. Pero de toda España, especialmente de las regiones que tienen salida al mar, hubo también emigración a "hacer las Américas". En Galicia, origen principal de las emigraciones, se acuñó esta sentencia: "gallego no pide, emigra".
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