Hemos sobrevolado los Balcanes, la entrañable Turquía, país que quiero mucho, Afganistán y su capital Kabul, país que visité antes de la invasión rusa en la década de los setentas, el avión entonces fue virando hacia el sureste con la mira puesta en la India sobrevolando zonas desérticas.
En la literatura universal que estudiábamos en bachillerato leíamos la Ilíada y la Odisea, y los grandes poemas épicos de la India, el Ramayana y el Mahabarata, bellísimos ambos. Y los más curiosos, como yo, nos interesamos por los cuatro libros sagrados de los Vedas: el Rig Veda, el Yayur Veda, el Sama Veda y el Atharva Veda. También los Upanishads y el Bhagavad-gita, así como los Puranas. En suma que la India es un pueblo de gran cultura, historia y espiritualidad, lo que no obsta para que sea hoy potencia mundial en ciencia y tecnología.
Aterrizamos en el moderno aeropuerto de Delhi. Era el 13 de junio de 2014. Me esperaban los amables funcionarios del Ministerio de Turismo para llevarme al inmenso hotel Ashkot, del gobierno, "el mejor de toda la India" según me decían los funcionarios. Mientras cenaba, España recibía la tremenda humillación de Holanda en partido del mundial, con el resultado de 5-1. Esa noche me llevaron a dar una vuelta por la ciudad, pero solo pudimos llegar hasta la zona donde están los edificios del gobierno nacional; tal es el tráfico y las distancias de una ciudad tan grande.
Temprano al día siguiente viajé en avión desde Delhi hasta Chandigarh; el vuelo duró 55 minutos. Era la primera de las tres ciudades del norte de la India que iba a visitar, cada una con una personalidad bien distinta. Chandigarh, obra maestra de Le Corbusier; Shimla, la maravillosa ciudad de las Siete Colinas y Dharamshala, la residencia del Dalai Lama y meca del budismo de la India.
Hablemos de los acontecimientos ocurridos al norte de la India con motivo de su independencia en 1947. La región de Pakistán, mayoritariamente musulmana, liderada por Muhammad Ali Jinnah, se separó de la India y siguió perteneciendo a la corona inglesa de la que se independizó definitivamente en 1956 para llamarse República Islámica de Pakistán. Esta república constaba de dos regiones, la oriental y la occidental. Aprovechando una guerra civil de 1971 la región oriental, también islamista en su totalidad, se separó y formó el país que llamamos hoy Bangladesh.
Hoy tenemos dos estados de nombre Punjab o Punyab. El "pedazo" que se quedó en Pakistán con capital Lahore y el que se creó en la India en 1950 con el mismo nombre y con capital en Chandigarh. La India es una federación de 29 estados, seis territorios y el territorio de la capital nacional.
Entre Pakistán y la India se encuentra la región de Cachemira, poseedora quizás de los más bellos paisajes de montaña del planeta. Cuando ocurrió la independencia de la India de la corona inglesa en 1947, el maharajá de Cachemira pidió a la India que lo defendiera con ocasión de revueltas internas y expresó que su región quería ser parte de la India. La verdad es que hoy Cachemira es objeto de disputa entre tres países, India, Pakistán y China, cada uno de los cuales administra una parte de este territorio. Pakistán es un país muy beligerante lo que obliga a la India a estar en continua alerta. Seguiremos con el viaje por el norte de este "incredible" país.
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